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Cuidado con los eslóganes y etiquetas de los alimentos

MAN, SUPERMARKET,
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María Eugenia Brun - publicado el 02/05/20
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Chequea si algunas de estas frases de los envoltorios de alimentos te confunden y condicionan tu compra

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“Mejor para el corazón”, “ecológico”, “ayuda a tus defensas”, “mejora tu memoria”…  No sabemos si son correctas estas afirmaciones, eslóganes con lenguaje médico o científico. Las encontramos en todo tipo de productos que compramos habitualmente.

“¿Será cierto lo que dicen?”, nos solemos preguntar. No, no siempre. Lo que dice el empaquetado muchas veces no refleja el contenido real del producto alimenticio.

Un ejemplo sería, cuando compramos galletas dulces porque parecen más saludables que otras ya que en su paquete dice: “Sin azúcar”, pues no significa que sea más sanas.  Que anuncie que no lleva nada de azúcar no las convierte en un alimento sano, ya que seguramente sus otros ingredientes no lo sean, puede contener grasas, como el aceite de palma, u otros que no son saludables.

Del mismo modo nos encontramos con etiquetas que nos venden un “Yogur líquido de fresa” pero una vez que leemos sus ingredientes, resulta que la fresa está totalmente ausente. ¿Magia? Claro que no. Es un engaño.

Vocabulario científico

Muchas veces se emplea un lenguaje científico para dar mayor “veracidad” a la información suministrada al consumidor en el paquete. Son palabras que muestran a un producto como beneficioso para la salud aunque en realidad puede que no lo sea, o que no sea para toda la población en general, como puede ocurrir con alimentos probióticos, bebidas energéticas, entre otros. Pensemos: ¿Será igual de beneficioso el consumo de una bebida energética en un deportista que en un niño o adolescente sedentario? No.

Se ha comprobado que este tipo de afirmaciones o declaraciones que se muestran en los paquetes de alimentos influyen fuertemente al momento de elegir un producto y no otro. Realizamos una valoración para saber su calidad, pero la información que contiene por lo general confunde al consumidor y condiciona la compra.

Por lo tanto, es necesario saber qué es lo que estamos eligiendo, lo que comemos, de dónde proviene, qué contiene y para ello los productos nos tiene que aportar esa información de forma clara, real y visible, y nosotros saber interpretarla. De esta manera podremos hacer una elección libre y más saludable si se quiere.

¿Qué tenemos que saber y observar para no dejarnos engañar?

En general, las regulaciones actuales sobre etiquetado de alimentos no son suficientes como para promover una adecuada alimentación.

Al contrario, beneficia muchas veces a las empresas alimenticias porque se sirven de los vacíos legales en la reglamentación haciendo confundir al consumidor con un etiquetado muy complicado de descifrar.

Por lo tanto, al momento de hacer la compra y elegir entre un producto u otro, olvidémonos de los colores, palabras y números, vayamos a la parte de los ingredientes que es lo realmente importante y es lo que nos va a ayudar a saber que contiene y su calidad.


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Observar:

  1. El orden de ingredientes, este se hace de forma decreciente según la receta, significa que, al mirar la lista de ingredientes, el primero es el que más tiene el alimento.
  2. Los aditivos, se enumeran de la misma forma, en orden decreciente pero después de los ingredientes.
  3. El valor diario (%VD), que aparece en la tabla nutricional, es la cantidad recomendada de un nutriente para mantener una alimentación saludable. Indica en la etiqueta cuánto (en porcentaje) del valor diario recomendado le aporta la porción del alimento. Por ejemplo, considerar que un alimento con 5% o menos de un nutriente aporta baja cantidad del mismo mientras que un 20% indica un nivel alto.
  4. Azúcar, sí en una lista con más de 5 ingredientes vemos que el tercer ingrediente que figura es el azúcar nos está indicando que contiene mucha azúcar y por lo tanto es recomendable evitarlo o al menos controlar la porción consumida.
  5. Sal: evitar aquellos que aportan más de 1 gramo de sodio en 100 gramos de alimento.
  6. Fecha de vencimiento o caducidad, es la que nos indica hasta que día se puede comer un producto de forma segura, o sea sin provocar un peligro para la salud. Se trata principalmente de alimentos perecederos como, por ejemplo, carnes, pescado fresco, jamón, leche fresca… 
  7. Alérgenos, observar el alergeno correspondiente a la alergia alimentaria que se presente, ya sea gluten, lactosa…entre otras. 


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Para poder llevar una dieta saludable no solo es necesario tener la voluntad para llevarla a cabo, sino que además necesitamos disponer de información clara y veraz sobre los productos que consumimos. Es lo que nos ayudará a tomar mejores decisiones o al menos elegir conscientes los alimentos que llevamos a diario a nuestro hogar.

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