En México, los sacerdotes no pueden asistir a los enfermos en los hospitales, una decisión de las autoridades por razones sanitarias
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
En todo el planeta cristiano se han organizado aplausos, toque de campanas, expresiones de apoyo para encomiar el trabajo de esos héroes y heroínas que se baten en la primera línea de la guerra contra el coronavirus.
Según informa el portal web de Desde la Fe, en la Ciudad de México, concretamente en la parroquia de la Sagrada Familia, ha nacido la iniciativa de rezar los Rosarios de la Esperanza, en la que se pide a los fieles que cada día recen el santo Rosario por los médicos, enfermeras, enfermos agonizantes y personal sanitario.
La iniciativa ha surgido del párroco Andrés Esteban López, quien junto con otros sacerdotes de la arquidiócesis de México y el doctor Carlos Suárez, grabaron un video afuera del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), el principal centro médico que en México que atiende a los enfermos de COVID-19.
En este video invitan a los fieles a “adoptar” a un enfermo o a un médico, algún personal sanitario, incluso a una persona –hombre o mujer—que haga la limpieza o se encuentre en labores de vigilancia, y a rezar el Rosario a diario por ella en particular. “No los vamos a dejar solos”, apuntan en el video con el que lanzaron la campaña.
Acompañantes en primera línea
La campaña surgió cuando el padre López fue a confesar a una mujer que había sido contagiada del virus. La mujer logró recuperarse de la enfermedad pero el sacerdote pensó que habría muchas personas graves, aisladas, en los hospitales, y no tendrían quién las acompañara en la recta final de su vida.
Lo mismo los médicos, el personal de enfermería, camilleros, limpiadores, policías, necesitarían acompañamiento espiritual y fuerza para enfrentar el tsunami que apenas comienza a formarse en diversas partes del país, pero que va creciendo de manera acelerada en la Ciudad de México, el Estado de México y las grandes urbes como Guadalajara y Monterrey.
“Muchos médicos están sufriendo realmente, tienen miedo; pero ellos no tienen más opción que estar ahí, y la gran mayoría son verdaderamente valientes, porque aún a riesgo de contagio, han decidido quedarse a bordo del barco”, dijo el padre López a Desde la Fe.
Como las autoridades de Salud del país han impedido la entrada a los hospitales a los sacerdotes, por cuestiones sanitarias, el párroco de la Sagrada Familia tuvo la idea de organizar la campaña Rosarios de Esperanza, para que la Virgen “entre a donde nosotros no podemos entrar, y consuele a quienes están sufriendo” y a quienes, como en la guerra, no tienen horario ni punto de descanso.
Pedir a la Virgen su auxilio
Recordando el ejemplo de los pastorcitos de Fátima –Jacinta y Francisco murieron en tiempos de la fiebre española—se percató de que la Virgen llegaría a acompañar a los enfermos y estaría con los médicos, guiándolos con amor.
“Jacinta, ya enferma, visitó a Lucía -la otra pastorcita vidente-, y le dijo que moriría sola en un hospital de Lisboa al que sería llevada; Lucía le respondió que no moriría sola, que la Madre del Cielo la visitaría en aquel hospital”, dijo a Desde la Fe el padre López.
Fue así que surgió la idea de los Rosarios de Esperanza, en la que ya participan varios sacerdotes, adoptando a un enfermo o a un médico, y pidiendo a la Madre del Cielo, mediante el rezo de un Rosario, que los ayude. “La idea es que la gente se sume a esta campaña, y cada vez se recen más Rosarios para pedir a la Virgen su auxilio”, concluyó el sacerdote mexicano.
¿Cómo rezar los Rosarios de la Esperanza?
Los Rosarios de Esperanza pueden realizarse desde el lugar donde se encuentren los fieles. Se sugiere el siguiente modo de rezar:
Primer corona completa
Misterios Gozosos por un doctor o doctora.
Segunda corona completa
Misterios Luminoso por un enfermero o una enfermera.
Tercera corona completa
Misterios Dolorosos por un agonizante, hombre o mujer.
Cuarta corona completa
Misterios Gloriosos por un miembro del personal de vigilancia y limpieza, hombre o mujer.