México unido en una inédita jornada nacional de penitencia
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Ante la pandemia ocasionada por la COVID-19, los obispos de México han convocado a todo el pueblo mexicano a una inédita jornada nacional de penitencia para mañana viernes 3 de abril.
A las puertas de la Semana Santa y sumándose a la tradicional conmemoración de “Viernes de Dolores” [último viernes del tiempo de Cuaresma, “tiempo penitencial por excelencia”), los obispos de México ha querido convocar a la contrición y a la humillación como arma para enfrentar la pandemia.
En México, en el “Viernes de Dolores”, existe la tradición de poner en las casas un altar con la Virgen de los Dolores. Se coloca una imagen de la Dolorosa, un crucifijo y una mesa que se adorna con manteles morados o blancos de papel picado, velas y veladoras, figuras de barro semillas chía y macetas –sembradas dos o tres semanas antes con trigo o maíz–, banderitas de colores de papel montadas sobre naranjas y aguas frescas de frutas.
En esta ocasión el Altar de Dolores será para que los mexicanos se unan al dolor de todos los pueblos del mundo que hoy enfrentan la pandemia que ya ha cobrado poco más de 50,000 vidas humanas y para pedir a Dios que el país enfrente con fe el reto sanitario y económico que se le presenta en los próximos meses.
A las puertas de la Cuaresma y de la cuarentena
La Jornada Nacional Penitencial a la que convocan los obispos del segundo país con mayor número de católicos del mundo se da cuando, por primera vez desde hace 91 años, la celebración de la Semana Santa –estación tradicional en México—se llevará a cabo en forma privada.
Hay que recordar que los templos estuvieron cerrados y las manifestaciones religiosas populares prohibidas desde 1926 hasta 1929, con motivo de las leyes gubernamentales, la persecución religiosa y la guerra “cristera”, que cobró en México cerca de 250,000 víctimas.
Ahora, no es una bala, sino es un virus el que ha obligado a los obispos a acatar las órdenes de las autoridades civiles de suspender toda reunión que pueda producir un contagio masivo y pedirle a todos los mexicanos que se queden en su casa.
“La Iglesia nos invita en este tiempo de Cuaresma a la conversión, a la penitencia y a reconciliarnos con Dios y con nuestros hermanos”, dicen los obispos mexicanos en su comunicado. La Jornada se produce cuando la población mexicana se encuentra en una cuarentena voluntaria que se prolongará hasta el 30 de abril.
A las puertas de la Fase 3 de la pandemia, la Conferencia del Episcopado Mexicano, convoca a vivir toda esta Jornada con el ayuno (según las disposiciones establecidas) y a participar, por medio de las plataformas digitales, en una hora santa penitencial.
Un acto de contrición perfecta
Se busca que, a la luz de la Palabra de Dios, los mexicanos que hoy ven con temor la curva de crecimiento exponencial de los contagios por el coronavirus, se sientan llamados a la conversión del corazón y de hacer, juntos, “un acto de contrición perfecta”.
“Les invitamos a orar, dicen los obispos mexicanos, presentándonos delante del Señor y suplicándole su auxilio a Él, nuestro intercesor ante el Padre en esta grave contingencia que todos sufrimos”.
La petición es que esta Jornada se haga “con actitud de humildad y confianza, pidiéndole por el perdón de nuestros pecados, para que nos obtenga la salud espiritual y corporal que todos los pueblos necesitamos”.
El comunicado termina rogando a Santa María de Guadalupe, “salud de los enfermos y refugio de los pecadores, que nos alcance las divinas gracias y promesas de su Hijo Jesucristo”.