Una inesperada lección para el pasaje de este cuarto domingo de Cuaresma
Contemplar el pasaje evangélico de este cuarto domingo de Cuaresma puede deparar sorpresas inesperadas, si nos dejamos llevar de la mano de uno de los genios más grandes de la pintura de todos los tiempos, Doménikos Theotokópoulos, conocido mundialmente como El Greco (1541-1614).
En el cuadro, el artista de origen griego, que alcanzó su madurez creativa en los años de vida consagrados a Toledo, presenta bajo un cielo cargado de nubarrones dos grupos de personajes contrapuestos.
A la izquierda, podemos ver a Cristo en el momento mismo en que cura al ciego de nacimiento; a la derecha, aparecen los escribas y los encargados de los sacrificios en el Templo, claramente indignados al ver a Jesús haciendo un milagro.
Como explica Mélina de Courcy, profesora de Historia del Arte, en el Collège des Bernardins, de París, y crítica de arte de la revista Magnificat, El Greco busca de este modo concentrar nuestra mirada e la casa del Padre, lugar central del episodio.
El enigma
El pintor responde a la gran pregunta que suscita este pasaje evangélico, que podemos leer en el capítulo 9 del Evangelio de San Juan: es realmente extraño que alguien se indigne al asistir al milagro que permite ver la luz del día a un ciego.
Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.
20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).
Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.