Ha sido motivo de poemas, inspira letras de canciones, temas de novelas y deja atónitos a los visitantes
El sol, astro rey, sale igual para todos en este planeta, pero sus tonalidades y las que refleja en la naturaleza son diferentes y grandiosas según el paisaje, luminosidad y colorido.
El “sol de los venados” es una expresión muy venezolana y extraña para quienes no conocen el país. Se utiliza mayormente en los Llanos venezolanos para referirse a los ocasos que tiñen el cielo de un color rojo fuego. Toma su nombre debido a que, al caer la tarde, los venados que permanecen ocultos en los bosques salen a comer frutos y pastar en las planicies.
Algo similar, aunque no con la impresionante solemnidad del ancho Llano, puede observarse “en un valle andino rodeado de grandes montañas, ya que la orografía del lugar no te da una buena visual.
Aunque existen excepciones y cuando logras observar cómo los rayos del sol agregan una coloración rojiza a las laderas de las montañas ¡Es algo realmente sorprendente!”, se lee en la crónica del blog *Steemit*, y el excursionista protagonista del relato agrega: “En mi caso, estaba acampando en las cercanías de la laguna, me encontraba en mi carpa ya que estaba lloviendo con demasiada fuerza desde hace varias horas atrás, ¡Parecía que las nubes caían en el techo de la carpa!
Y al mismo tiempo, el cielo se opocaba cada vez más: la tarde se convertía en noche. Como a eso de las 5:30 pm la lluvia cesó por un momento, entonces salí de la carpa y fue donde pude apreciar cómo los últimos rayos del sol se reflejaban sobre una imponente nube que parecía una Cumulonimbus, además de que también se podía observar cómo la luna empezaba a salir en todo lo alto”.
Realmente, un escenario paisajístico imponente. Otra de las definiciones para ese sol tan peculiar es el ocaso, la caída del sol, en referencia al sol en el atardecer del llano, ese sol que tiñe el cielo, casi siempre libre de nubes, de colores amarillos y rojos, semejando muchas veces los colores de un incendio y es cuando efectivamente, después de las cinco de la tarde, se puede apreciar como los venados, que permanecen ocultos durante el día, salen a comer y a beber en los pozos.
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