El sueño de Benjamín y Dialan
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Benjamín y Daian ya vivían un sueño. Como parte del Centro de Día San Vicente de Santiago del Estero de la Fundación Nocka Munayki y los Hermanos Misericordistas, centro afiliado a la Familia Grande del Hogar de Cristo, fueron invitados a viajar a Italia por la familia de su director institucional, el hermano Misericordista Cristian Viscardi.
Uno de los jóvenes es acompañado con una beca para sus estudios, desafío que enfrenta superando una adicción. El otro es un amigo que lo ayuda en ese itinerario. Poder viajar a Europa ya de por era es un inmenso regalo en la vida de estos chicos, oriundos de La Católica, uno de los barrios pobres de Santiago del Estero, una de las provincias más necesitadas del país. Pero los esperaba algo más.
En junio el hermano Cristian había mandado una carta anunciando el viaje y solicitando participar de la Misa con el Papa Francisco en Santa Marta. En noviembre recibieron la confirmación. Y ya en enero, pasada la fiesta de Reyes, llegó el día. Ya estar allí lo era todo, y valía el esfuerzo.
Pero antes de la Eucaristía, inesperadamente, Benjamín y Daian fueron invitados a ayudar a Francisco durante la celebración como Monaguillos. Inesperado regalo, seguro impulso para el camino de los chicos y el Centro.
Tras la Misa, los tres pudieron conversar con el Papa unos momentos, y los jóvenes pudieron entregarle algunos regalos, entre ellos una carta de parte de los “chicos del barrio”, en nombre de la comunidad.
Además, obtuvieron la firma del Papa en un marco hecho por cartoneros de Quilmes con el lema de los Hogares de Cristo “Recibir la vida como viene”, marco que en su parte trasera lleva la firma de los otros miembros del Centro, y que regresará para quedarse en Santiago del Estero como recuerdo de este inolvidable encuentro.
“Él nos pidió no cerrarle las puertas a nadie e intentar seguir siempre adelante, con todo lo que significa enfrentar los problemas que se presentan hoy en día en relación con la droga”, completó al diario El Liberal el religioso oriundo de Italia.
Al día siguiente, los tres viajaron a Asís y grabaron un video en el que los dos jóvenes se mostraron con una inmensa alegría y paz en sus rostros. “Ha sido un hermoso encuentro”, sintetizó el hermano Viscardi en el video, para “seguir adelante con el trabajo que la Iglesia está desempeñando con los más necesitados”.
Como nos explican los tres a Aleteia, el San Vicente, siguiendo el estilo de los Hogares de Cristo que existen en todo el país, intenta recibir a todos aquellos que necesitan encontrar en lugar donde sentirse parte de una gran familia que comparte las dificultades de todos los días, pero además las alegrías de quien logra levantarse de las caídas y tener un sueño grande para su vida.
Además de los jóvenes que se están en rehabilitación de las adicciones, en San Vicente muchos niños y sus familias que son parte del comedor comunitario y de los distintos talleres deportivos y culturales, intentan caminar juntos y pensar en un barrio mejor y una comunidad más solidaria en donde ninguno quede atrás o al borde del camino, nos explican.
Benjamín, Daian, y el hermano Cristian protagonizaron un inesperado e inmenso regalo junto con el Papa. Pero la alegría seguramente es de todo el barrio La Católica, representado por esta delegación de tres en Italia, sabiéndose tan cercano al corazón de Francisco.