¿Qué podemos hacer para no pasarnos con la comida y la bebida esta Navidad?
La Nochebuena y Navidad ya están a la vuelta de la esquina, y nos ponemos a pensar con quien compartiremos la cena, qué se va a comer, o lo que vamos a llevar…Y las posibilidades de engordar o de malestares también se acercan, no solo en los adultos sino también en los niños.
Es que en muchos países los supermercados ponen a la venta los productos navideños cada vez con mayor antelación, en algunos, semanas e incluso meses antes de las fiestas, y esto hace que comencemos el consumo de alimentos hipercalóricos de manera anticipada.
Por eso es importante que nos planteemos el significado de estas fiestas y la forma en la que las queremos festejar. Enseñarles a los niños sobre origen de la Navidad, y su importancia como cristianos y reencontrarse con el verdadero sentido como el de compartir lo que tenemos y acercarnos a las personas que más queremos.
¿Es posible disfrutar saludablemente de la cena de Nochebuena y comida de Navidad sin privaciones pero también sin excesos?
Dejar atrás las comidas copiosas, indigestión, malestares…
Comer en exceso no es bueno para nadie, no importa si lo hacemos durante varios días o uno solo. La salud de los niños también puede verse afectada.
Una de las consecuencias más habituales de las comidas copiosas de Navidad es la indigestión o el empacho en los niños. Esto se debe al tipo de alimentos que comemos y a la cantidad (excesiva), lo que le exige a nuestro cuerpo un trabajo extra.
Los embutidos, las carnes rojas, harinas y dulces, contienen gran cantidad de proteínas, azúcares y grasas que suelen saturar nuestro organismo, impidiendo que el mismo elimine toxinas y generando diferentes sensaciones de malestar.
La solución está en moderar la cantidad que se come, en seleccionar adecuadamente los alimentos, porque alimentarse equilibrada y saludablemente es un compromiso de vida que tenemos que hacer día a día para que nuestro cuerpo y el de nuestros hijos esté sano y fuerte.
Comer bien es una elección. Es una responsabilidad que podemos enseñar a los más pequeños con nuestro ejemplo.
¿Qué podemos hacer para evitar la sobrealimentación esta Navidad?
- Preparar un menú variado y saludable, que incluya verduras y ensaladas, aperitivos ligeros y sanos como minibrochetas de verduras y queso fresco, dátiles con crema y almendras o crudités de zanahoria, pepino, apio acompañados de hummus o guacamole, tostaditas de pan integral o grissines con semillas con pates saludables.
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- Que los niños participen de la preparación. Para la cena navideña o de fin de año, hagamos a los niños parte de todo el proceso, desde la compra hasta la preparación, es una excelente oportunidad para explicarles sobre los alimentos y cómo influyen en su salud.
- Llevar o tener siempre en la mesa navideña agua, ya que por lo general la única opción para beber son refrescos, lo ideal es contar con una alternativa más saludable como el agua o aguas saborizadas sin azúcar naturales.
- Respetar las porciones. No solamente los adultos, que tendemos a repetir el plato estando satisfechos sino también los niños, que comen en menor cantidad.
- A la hora de armar su plato optemos por limitar las frituras, retiremos la piel de las carnes, así como la grasa que pueda verse. Acompañemos las carnes con vegetales como guarnición y limitemos el uso de salsas.
- Lleva la cuenta de la ingesta de azúcares de tus hijos. Si el pequeño desea tomar zumo, preferir los zumos naturales a los industriales, o aguas saborizadas sin azúcar, y en caso de que beba refrescos, con un vaso de refresco es suficiente, después agua con o sin gas.
- ¡Compartir el postre y los dulces! No es necesario privar sino controlar la cantidad que se puede comer, no son para comerlos todos los días, ni tampoco todo en un solo día. Para eso una buena idea es compartirlos, es una manera para que nadie se exceda ni se quede con las ganas de comer. Por ejemplo, sí son turrones, una porción y elegir los más sanos, las galletas podemos hacer unas caseras para compartir, y buscar opciones con menos azúcar, como frutos secos, frutas en distintas presentaciones…
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- Postres más saludables. No es necesario pasar horas en la cocina, elaboraciones sencillas y con la ayuda de los pequeños se realizan enseguida. Pueden ser, brochetas de frutas con chocolate negro puro, manzanas asadas con canela y almendras, un bizcocho de calabaza, o galletas de avena, plátano y chocolate negro con un porcentaje alto de cacao.
- Productos navideños solo para esos días. Reservar el consumo de turrones, panettones y demás productos navideños para las fechas señaladas, no antes, limitarnos a una o dos raciones para evitar caer en excesos y atracones.
Recuerda que solo bastan dos semanas de malos hábitos alimenticios, acompañados por sedentarismo o disminución de la actividad física habitual, para despuntar y aumentar más de 3 o 5 kilos solo en estas fechas.
Disfrutemos de las fiestas con nuestros hijos, pero siempre pensando en lo que es mejor para la salud de toda la familia a corto, mediano y largo plazo, y que las comidas navideñas sin excesos son posible.