Cómo transmitir a nuestros hijos el verdadero significado de la Navidad
La Navidad es quizás la fiesta más feliz y nostálgica para la mayoría de las personas. Luces, regalos, familia y fiesta son temas recurrentes en un período que, si no estamos atentos, nos puede llevar por un camino de materialismo y derroche.
Para las familias cristianas es importante volver siempre a la causa principal de nuestra felicidad: el nacimiento de Cristo y su llegada a nuestros corazones.
Como padres debemos esforzarnos para que nuestros hijos se acerquen más a Dios en cada Navidad, y puedan siempre reconocer el origen de nuestra alegría navideña.
Aquí varios consejos para vivir en familia una auténtica navidad:
1Agradecer
En una época en donde quizás nuestros hijos reciben mucho, es importante enseñarles a sentirse bendecidos y a ser agradecidos. Esto va mas allá de decir gracias o de una cuestión de buenos modales. Es el momento de reconocer que todo lo que tenemos es un regalo de Dios y que es importante mostrar su agradecimiento por todo lo que recibimos a diario.
2Rezar
Tratemos de vivir las costumbres navideñas propias de nuestra fe. Asistir a misa, rezar las oraciones propias del adviento, asistir a alguna procesión o pesebre viviente nos ayuda a volcar nuestro corazón a Jesús, y enseña a nuestros hijos a mantener una tradición navideña donde la fe es lo más importante.
3Darse
La época navideña puede ser particularmente difícil para muchas personas. Aquellos que están enfermos, que no tienen familia, o que han perdido algún familiar cercano pueden estar muy tristes durante las fiestas. Es una buena ocasión para realizar obras de misericordia. Asistir en familia a visitar algún necesitado, o algún anciano, llevarle unas galletas o pastel, y acompañarlo un rato es una manera de darnos a los demás y de enseñar a nuestros hijos que esto es lo que trae la verdadera felicidad.
4Practicar la templanza
Esta virtud puede ser la más difícil de vivir durante las fiestas. Podemos vernos envueltos en un sinfín de fiestas, comidas y regalos, pero es importante enseñar a nuestros hijos que estos excesos nos ahogan en materialismo y nos nubla la mirada a las cosas verdaderamente importantes. Debemos entonces mostrar con ejemplo templanza, comprar solo lo necesario, no exagerar con la compra de regalos o comida y recordarles que la verdadera alegría de la navidad no radica en esas cosas.
5 Iluminar con nuestra alegría
La alegría de los cristianos es diferente a la algarabía que se observa en las calles. Nuestra actitud viene de una realidad más profunda: Dios se hizo hombre para salvarnos, y este mensaje vale la pena llevarlo a todos los rincones. La Navidad es un bueno momento para acercar a los demás a Dios. Seamos vehículos para que muchos puedan conocer la verdadera felicidad.