En sus saludos a los peregrinos de Polonia, patria de san Juan Pablo II, el papa Francisco recordó la conmemoración de la elección del cardenal Karol Wojtyla a la sede de Pedro“Agradecemos al Señor por todo lo bueno que se ha cumplido en la Iglesia, en el mundo y en los corazones humanos a través de las palabras de Juan Pablo II, sus obras y su santidad”, sostuvo el papa Francisco este miércoles 16 de octubre de 2019 en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
Juan Pablo II quien fue el papa 264 de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en 2005, ha sido recordado por Francisco por su legado espiritual y material para la Iglesia Católica y el mundo.
“Recordemos que su llamado a abrir corazones a Cristo siempre es oportuno. A través de su intercesión, le pido al Señor abundantes dones del Espíritu Santo para todos ustedes, para sus familias, comunidades y para toda la Iglesia”, dijo Francisco ante 17.000 fieles y peregrinos presentes en la tradicional audiencia general de los miércoles.
Francisco recordó así al “Papa Peregrino”, beatificado el 1 de mayo 2011, que dirigió la Iglesia Católica durante más de un cuarto de siglo y marcó un antes y un después en la historia al contribuir a la caída del comunismo y al cumplir con fervor el mandato de una iglesia misionera con sus 104 visitas pastorales fuera de Italia, recorriendo 1’200.000 kilómetros alrededor del planeta.
Karol Wojtyla nació el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, cerca de Cracovia (Polonia), en el seno de una familia modesta y muy católica. Por eso, Francisco ha querido hacerle un pequeño homenaje ante sus compatriotas.
Demos un paso atrás o, mejor, en el tiempo: Juan Pablo II, en la tarde del 16 de octubre 1978, después de cuarenta años, fue anunciado por el cardenal protodiacono, como el nuevo pontífice y aparece en la logia de San Pedro para la bendición “a la ciudad y al mundo” (urbi et al. orbi).
Sin embargo, según el anterior director de L’Osservatore Romano, Giovanni Maria Vian, “fue bastante inusual que Wojtyla tomara la palabra, ya que su predecesor no lo había logrado la noche del 26 de agosto, luego de que fuera disuadido por aquellos que estaban preocupados por mantener la práctica habitual”.
Juan Pablo II cambió la historia desde el principio
Papa Wojtyła improvisa “con lentitud estudiada y voz profunda las siguientes palabras: ¡Sea alabado Jesucristo! Queridos hermanos y hermanas, todavía estamos tristes por la muerte del amado Papa Juan Pablo I. Y aquí, los eminentes cardenales han llamado a un nuevo obispo de Roma.
Lo llamaron desde un país lejano; muy lejos, pero siempre tan cerca de la comunión en la fe y en la tradición cristiana. Yo tenía miedo de recibir esta nomina, pero lo he hecho con espíritu de obediencia a nuestro Señor y en total confianza en su madre, la Santísima Virgen.
Además, no sé si podré explicarme bien en su idioma italiano; Si me equivoco, si me equivoco, me corrigen! Y así, me presento a todos ustedes para confesar nuestra fe común, nuestra esperanza, nuestra confianza en la Madre de Cristo y de la Iglesia, y también, y también comenzar de nuevo en ese camino, ese camino de la historia y de la Iglesia. Empezar con la ayuda de Dios y con la ayuda de los hombres“.
“Con la elección de Wojtyła, se interrumpe la serie centenaria de los pontífices italianos, que se sucedieron durante 455 años, y en 1978 el período más largo de papas no italianos comenzó después de los setenta años de Aviñón cuando, entre 1305 y 1378, fueron exclusivamente viniendo de Francia”, recuerda Vian, historiador y periodista, en un artículo publicado para rememorar el 40 aniversario de la elección de Juan Pablo II.