Más de 250 mil jóvenes explicaron por qué vale la pena vivir en JesúsComo hace 40 años, tuvo lugar en Corrientes la tradicional Peregrinación Juvenil del Noreste Argentino (NEA) al santuario de Nuestra Señora de Itatí. Entre 250 mil y 300 mil jóvenes de diez diócesis argentinas caminaron hasta la casa de la Patrona de la región desde el Corsódromo Nolo Alias, a las afueras de la ciudad de Corrientes, a 60 kilómetros del imponente santuario mariano erigido a las orillas del Paraná.
Fue una peregrinación de 12 horas, y más desde la ciudad de cabecera hasta Corrientes, pero preparada desde tiempo antes, física y espiritualmente. Jóvenes llegados desde Posadas, Iguazú, Oberá, Santo Tomé, Resistencia, San Roque, Formosa, Reconquista, Corrientes y Goya, que seguramente tienen cada uno otra peregrinación cercana, otro hito en su vida anual de cristianos peregrinos, pero que a Itatí peregrinan juntos hermanándose como argentinos del NEA.
Muchos como continuidad de un camino de discernimiento, tras prepararse en grupos parroquiales y diocesanos; varios cumpliendo una promesa, que los postró de rodillas al llegar, pese al largo camino. Muchas lágrimas, oraciones en silencio, buscando con la mirada permanentemente a María en la imagen que motivó un esfuerzo a priori imposible. El camino parece largo e improbable, pero a todo momento está el apoyo de compañeros de camino, quizá experimentados peregrinos que saben del aliento necesario a la vera de la ruta, tanto en lo logístico como en lo emocional, y “estaciones de gasolina espiritual” en forma de Carpas Eucarísticas que iban marcando el norte ofreciendo un espacio y momento de descanso y adoración, para reencontrarse con el sentido del peregrinaje.
Como todos los años, la peregrinación, tras la llegada de los distintos grupos y la Misa central, culminó con la lectura de un Manifiesto elaborado por los jóvenes de todas las diócesis participantes. Un manifiesto en el que como Iglesia expresan sus preocupaciones y anhelos.
“El manifiesto que compartimos al final de la peregrinación a Itatí se inspiró en la exhortación postsinodal del Papa Francisco ‘Christus vivit’ y la defensa de las vidas. A todos los jóvenes nos interpela esta defensa de la vida. A todos los jóvenes nos interpela el salvar las dos vidas; cada vez estamos teniendo más conciencia del cuidado de este regalo de Dios, algo natural, algo que es muy de Él. Cuidar el origen de lo más sagrado que Dios creo que es la vida humana. El ser humano. El Señor creó el universo ,los animales… pero entre todas esas cosas lo más sagrado es la persona. Y por lo siguiente la familia”, explicó Lucía Ojeda, coordinadora de la Pastoral Juvenil de Corrientes, al programa Caminos de Encuentro de Radio María.
El manifiesto refleja realidades que se enfrentan en su vida cotidiana, un compromiso por la defensa de la vida desde la concepción, pero también su intención de renovar la historia, su historia, a partir de discernir el camino de Dios en su propia vida. Más que manifiesto, su texto se hace oración, válida tanto para jóvenes como para adultos que confían su vida y la de su país en María.
Manifiesto: Madre, bajo tu mirada discernimos nuestra vida
Cristo vive en el corazón de los jóvenes y, como en cada primavera desde hace ya 40 años, los jóvenes de la región NEA manifestamos nuestra fe en Jesús y en nuestra Madre del Cielo, que nos rejuvenece y fortalece ante el oleaje de la adversidad, de la indiferencia, de la violencia y de tantos males que sufre nuestra sociedad.
Queremos anunciarles hoy que vale la pena vivir en Jesús. Anhelamos ser Jóvenes más comprometidos con nuestros hermanos, por eso te pedimos, Madre, que nos acompañes en nuestro cotidiano peregrinar…
Movidos por aquel deseo del Papa Francisco a los jóvenes del mundo, al finalizar el Sínodo de los jóvenes y expresado en la Exhortación Apostólica ChristusVivit: “Seré feliz viéndolos correr más rápido que los lentos y temerosos. Corran atraídos por ese Rostro tan amado, que adoramos en la sagrada Eucaristía y reconocemos en la carne del hermano sufriente. El Espíritu Santo los empuje en esta carrera hacia adelante. La Iglesia necesita su entusiasmo, sus intuiciones, su fe. ¡Nos hace falta![1].Decimos ¡NO TENEMOS MIEDO!, ¡CRISTO VIVE Y NOS QUIERE VIVOS!
Que este gesto de peregrinar como Región NEA hasta el Santuario de María, nos ponga en comunión con todos aquellos que sufren en silencio, que nuestros rostros sean expresión de quienes son víctimas de la violencia, de los no nacidos a causa de la cultura de la muerte y delos que no pueden manifestar su fe.
La vida es un regalo que Dios nos ha dado y que entre todos debemos cuidar.
Sigamos caminando y juntos pidamos: Padre del cielo, bendice nuestra patria, danos la valentía de vivir como tus hijos, porque queremos renovar la historia, nuestra historia.
Y con la fuerza de tu Santo Espíritu decir cada día “Madre, Bajo tu mirada discernimos nuestra vida”.
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