Todos hemos recibido alguna vez un "no" como respuesta e incluso nos hemos permitido ser definidos temporalmente, con o sin razón, por la decisión de otra persona. Lo cierto es que podemos mirar la situación con un poco más de claridad: ir más allá del dolor inmediato que el rechazo genera y abrazar sus dones.
El rechazo puede ser una experiencia negativa si decidimos huir o no hacer nada con él, pero si aprendemos de él hay ciertos beneficios que podemos encontrar y tomar como verdaderas oportunidades que harán una gran diferencia.
Preguntar "por qué" puede abrir una oportunidad a obtener un "sí"
A menudo las personas dicen que "no" simplemente porque no tienen suficiente información o porque se sienten en una situación de vulnerabilidad o riesgo si dicen que "sí". Por eso la mejor manera de cambiar un "no" por un "sí" puede ser sencillamente preguntar "¿por qué?".
Cuando preguntamos, le estamos dando al otro una oportunidad de compartir de qué se trata aquello que lo hace sentir incómodo o fundamenta su reacción negativa. Esto no solo nos abre al diálogo y a una posible negociación, sino que aclara el motivo real del "no" que muchas veces podemos confundir como algo personal y sentirnos fácilmente heridos.
Buscar la empatía puede derribar obstáculos
La empatía es una gran herramienta para derribar barreras. Cuando recibimos un rechazo podemos intentar ponernos en el lugar del otro para tener una mejor visión de su perspectiva y reformular nuestro pedido.
También permite que podamos ganar su confianza, ya que el otro puede sentir que estamos mirando una situación concreta desde el mismo lado. Esta visión compartida de la realidad puede generar un acercamiento que nos ayude a encontrar una respuesta positiva.
La perseverancia en acción siempre dará una recompensa
Si pensamos en historias de personas que han alcanzado el éxito, una constante en sus trayectorias independientemente de la disciplina a la que se han dedicado, ha sido el de la perseverancia. Perseverar a menudo convierte un "no" inicial en un "sí" más grande que ha demostrado que se puede cumplir un sueño de vida simplemente no bajando los brazos.
Walt Disney fue despedido de su trabajo por su "falta de imaginación y por no tener buenas ideas", Michael Jordan fue rechazado de su equipo de básquet durante el segundo año de bachillerato y Thomas Edison, que patentó alrededor de mil inventos, había recibido de su profesor el mensaje de que "nunca sería capaz de aprender algo"
Lo que nos define es lo que hacemos con el rechazo
El rechazo nunca define a la persona, pero sí lo que hacemos con él. La reacción después del rechazo es clave. La experiencia del rechazo es lo que causa dolor. Si nos quedamos con eso sin hacer nada, el no hacer es hacer algo: lo interiorizamos y personificamos.
En cambio, si utilizamos ese momento para elegir tomar el rechazo como una oportunidad y alimentar nuestra determinación de tener éxito, podremos sacarle ventaja y descubrir que puede convertirse en uno de nuestros mejores regalos si estamos abiertos a aprender de él.