Un Brexit sin acuerdo tiene más detractores entre los católicos
El Brexit afecta a los cristianos, tanto anglicanos como a católicos: al igual que a la población británica, los hay favorables y contrarios. A medida que se aproxima la fecha del 31 de octubre, que es el límite para la salida de la Gran Bretaña de la Unión Europea, las posiciones son cada vez más enconadas ¿Quieren los cristianos un Brexit sin acuerdo?
Según las encuestas, los católicos votaron en su mayoría (un 55 por ciento) a favor del Brexit en el referéndum de junio de 2016. Esta cifra no parece aceptada por los mismos católicos, según medios tan competentes como Crux, teniendo en cuenta el fraccionamiento de la jerarquía de la Iglesia católica en Gran Bretaña en tres conferencias episcopales: 1) La Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales –más favorable al Brexit–, 2) la Conferencia Episcopal de Escocia, territorio mayoritariamente contrario al Brexit, y 3) los obispos de Irlanda del Norte –unidos a la Conferencia Episcopal de Irlanda– cuyo territorio fue también contrario al Brexit.
Lo cierto es que el Brexit no solo ha dividido a los británicos en dos mitades, sino también a los cristianos, lo cual preocupa a los obispos, cuya misión es mantener la unidad de los creyentes. Los obispos católicos no se han manifestado claramente a favor del Brexit, salvo los de Inglaterra (en el norte de Inglaterra es donde hay mayor número de católicos y donde más triunfó el Brexit), pero han tomado una posición que se puede resumir en tres puntos:
1.- La Iglesia quiere que Gran Bretaña continué comprometida con Europa. Aunque deje la Unión Europea, seguirá siendo miembro del Consejo de Europa, del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos y de la Oficina de delitos financieros y monetarios, así como miembro de la Organización para la Seguridad y Cooperación Europea y la NATO. El cardenal inglés Vincent Nichols dijo que, aunque Gran Bretaña deje la Unión Europea, Inglaterra no debe dejar Europa. Un Brexit sin acuerdo tiene más detractores que partidarios, según las encuestas.
2.- Los obispos abogan por proteger los derechos de los ciudadanos de la Unión Europea en el Reino Unido. Hay 3,7 millones de ciudadanos europeos que trabajan en Gran Bretaña y estos deben vivir, desplazarse y trabajar libremente en el territorio británico, del mismo modo que los británicos deben hacer en todos los países miembros de la Unión Europea.
3.- La Iglesia católica, especialmente en Irlanda del Norte, está preocupada sobre el efecto que el Brexit pueda tener sobre los acuerdos del Viernes Santo que dieron fin a las luchas y conflictos en Irlanda. Abogan para garantizar una frontera abierta.
Por su parte, los católicos europeos temen que la unidad europea se rompa, cuando fue creada precisamente por cristianos como Konrad Adenauer, Robert Schuman, Jean Monnet y Alcide De Gasperi, responsables de los gobiernos de Alemania, Francia e Italia, quienes pusieron de acuerdo con Bélgica, Holanda y Luxemburgo, formando la “Europa de los seis”, que luego se amplió a 29.
Por su parte, la Santa Sede –si bien parece favorable a la unidad de toda Europa—es partidaria, en caso de aprobarse el Brexit, de trabajar en favor de todo el pueblo, especialmente por los más débiles, con el fin de garantizar el bienestar de todos y mantener una convivencia tranquila con el resto de los países del continente europeo.
Los arzobispos anglicanos Justin Welby, de Canterbury, y John Sentamu, de York, pusieron por escrito una declaración conjunta diciendo que con el Brexit hay que “volver a imaginar lo que significa el Reino Unido en un mundo interdependiente y qué valores y virtudes deberían dar forma y guiar nuestras relaciones con los demás”. Nuestra sociedad debe permanecer “hospitalaria y compasiva, constructora de puentes y no de barreras”, con preocupación por los inmigrantes que “sentirán una profunda inseguridad”.
Los musulmanes son los más preocupados por el Brexit por cuanto este puede significar una política contraria a los inmigrantes.
Todas las confesiones religiosas piden oraciones en bien de la paz y la buena convivencia de todos los británicos y de Gran Bretaña con los países europeos, hasta la fecha del Brexit y después del Brexit. La Comisión de las Conferencias Episcopales de Europa, con sede en Suiza, ofrece una “Oración por Europa” para invocar la ayuda de Dios, y comprometidos en una Europa del Espíritu, “fundada no solo en los tratados económicos, sino también en valores humanos y eternos”. Se da la circunstancia de que el cardenal inglés, Vincent Nichols, es vicepresidente de la Comisión de las Conferencias Episcopales de Europa.