Después de seis años de excavaciones, se descubrieron entierros de recién nacidos y fetos en Nimes. Según el equipo de investigadores, el hallazgo contradice a quienes afirman que no había ritos funerarios de niños en la antigua Roma.
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Durante seis años, un equipo de arqueólogos e investigadores ha estado ocupado en torno a los hallazgos romanos de la ciudad de Nimes. Valió la pena. No solo por los descubrimientos que surgieron de las excavaciones, sino también por nuevos hallazgos sobre las costumbres romanas. De hecho, algunos textos de la época dicen que a los niños no se les hacían ritos funerarios. Parece que la realidad tiene algunos matices.
Esta antigua necrópolis estuvo activa entre los siglos I y II d. C. y se encuentra al oeste de la ciudad, era conocida por su circo (hasta el punto de ser llamada “la Verona de Francia”).
Entre las docenas de entierros encontrados hay “unas cincuenta tumbas de bebés de menos de seis meses, así como fetos”, explica Richard Pellé, responsable de las excavaciones. Agrega que “los huesos de los niños se han encontrado en cofres de piedra o ánforas, un detalle que indica el cuidado que los padres prestan a esos restos mortales”.
El director de las excavaciones también explica que
se puede observar cómo, en una edad en la que la mortalidad infantil era muy alta, los padres otorgaron gran cuidado a las tumbas de sus hijos, incluso aunque el niño no tenía estatus legal, ni existencia oficial en la sociedad romana antes de la edad de tres años.
Más curioso aún es el hecho de que se presta la misma atención a los fetos, lo cual es una indicación de respeto por la vida desde el momento de la concepción. El alcalde de Nimes está reflexionando sobre el futuro del yacimiento y sobre su apertura al público.