Crece la iniciativa solidaria que surgió del corazón de este ídolo del fútbol mundial que no olvida sus raíces
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Desde hace muchos años Ezequiel Lavezzi apoya la asociación que él mismo ha fundado, la cual contribuye al desarrollo humano y social de los niños, jóvenes y sus familias que se encuentran en una situación de necesidad para mejorar sus condiciones de vida.
Para muchos Ezequiel es un ejemplo como deportista, pero sobretodo se lo aprecia por su actitud solidaria con los demás, que él considera fundamental: “Si me va bien en la vida me va a ir bien en el fútbol. Y me va bien en la vida cuando a la gente que me rodea le va bien”.
A pesar de sus triunfos y reconocimiento como figura internacional del fútbol, nunca apartó la mirada de las necesidades de su gente. Coronel Aguirre, su barrio natal, siempre fue una zona compleja debido a la pobreza y las drogas que generan necesidades constantes.
El lugar donde uno nace puede condicionar mucho el desarrollo posterior. Por eso, con la vivencia de dos realidades distintas, Ezequiel puso en marcha un proyecto de ayuda junto a la colaboración de personas generosas que permiten que esta iniciativa hoy siga creciendo.
Ansur es un centro educativo en donde se ofrecen herramientas para seguir adelante. No es asistencialismo sino poner medios para aquellos niños y jóvenes que, estando en situación de vulnerabilidad, puedan recibir apoyo escolar y salir adelante junto con sus familias.
Esto es posible gracias a recursos y equipos de trabajo que fortalecen el proceso educativo y el desarrollo humano pleno a través de acompañamiento, estimulación cognitiva, refuerzo alimentario y formación generando redes de trabajo para que los jóvenes puedan insertarse.
El valor agregado es que entienden que la pobreza también es cultural y por eso no se quedan sólo con facilitar lo material. ¡Van por más!. El objetivo es construir un proyecto de vida personal mostrando que con esfuerzo y entre todos, es posible vivir una vida diferente.
Como compañeros de vida, se puede crecer con vistas a mejorar la calidad de vida. Se trata de cambiar este mundo valorizando a las personas al ponerlas en primer lugar y pensando en el otro para el objetivo común de mejorar entre todos.
Bajo un esquema de educación integral con nutrición, higiene, estudio y formación laboral, realizan actividades diversas para resolver todo tipo de problemáticas sociales, desde un currículum o un emprendimiento propio hasta la refacción de casas de familiares.
Los resultados no son inmediatos, pero con el pasar del tiempo comienzan a recoger los frutos del trabajo. Ezequiel se mantiene en comunicación virtual con los chicos mientras está a la distancia, y cada vez que regresa a la Argentina les hace una visita en la que él personalmente les cocina y comparte juegos con ellos.