Un ministro de la comunión agredido por la policía y una dura denuncia de profanación de hostias consagradas “Yo denuncio a la policía por agresión. Iba pasando y estaban golpeando a mi hijo. Fue cuando intervine y la policía también me golpeó a mí, me dieron con la rodilla en los testículos, en la columna y también me arrebataron el Santísimo porque ellos quisieron quitármelo. Yo me aferré a que no me lo quitaran. Entonces fue cuando ellos actuaron (…) Lo tiraron a la carretera”.
Estas palabras -en la que se hace referencia a una supuesta agresión policial y profanación de hostias destinadas a una persona enferma- pertenecen a Danilo Alaniz, ministro de la Eucaristía del municipio de Santa María de Pantasma (Nicaragua). Su denuncia fue difundida por la Diócesis de Jinotega a través de las redes sociales.
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Efectivamente, base al testimonio de Alaniz, información contrastada por El Nuevo Diario con Denis Uriel Alaniz, hermano del agredido, este hombre fue agredido luego de ver que su hijo de 15 años estaba siendo golpeado por “agentes antimotines” el pasado jueves 22 de agosto.
En base a estos relatos, la policía empezó a golpear al adolescente, lo esposó con el argumento de respuesta ante el hecho de que comenzara a sacar fotos cuando detenían a conductores locales.
Fue ahí cuando Danilo, que se movilizaba con hostias consagradas dirigidas a una enferma de la comunidad, logró ver lo que estaba aconteciendo con su hijo e intervenir.
“Mi hermano les dijo que era su hijo y los policías le comenzaron a dar una golpiza, le dieron una patada en los testículos y otra en la columna, lo tiraron al suelo y le sacaron el relicario donde llevaba la hostia consagrada. Mi hermano les dijo que por favor no se lo quitaran, pero ellos (los policías) le dijeron que no anduvieran creyendo en eso”, cuenta a El Nuevo Diario el hermano del ministro agredido.
“El video se lo mandamos al obispo, monseñor Carlos Enrique Herrera (quien dirige la Diócesis) y él lo publicó en la página de la Diócesis de Jinotega. A raíz de esto la policía ha estado amenazando a mi persona, por haber enviado material y haber evidenciado la agresión”, agrega.
Para el párroco de San Jerónimo, de Masaya, lo también acontecido con el irrespeto a la hostia consagrada es interpretado como “persecución religiosa, profanación de la Eucaristía”.
Sin embargo, más allá de las peculiaridades concretas, no deja de ser un caso más de agresión a miembros de la Iglesia en Nicaragua bajo el régimen de Daniel Ortega, una comunidad de creyentes bajo constante amenaza, intimidación y persecución, tal cual ha dado cuenta Aleteia a través de varios informes.
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Con información en base a Diócesis de Jinotega y El Nuevo Diario