La gente pensaba que Donald Trump no iba en serio…
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El mundo inmobiliario y Dinamarca pueden respirar tranquilos: ya no habrá venta de Groenlandia a Estados Unidos. El jugador se levantó de la mesa. Otro día volverá, con más fichas. O, quizá, con las mismas, pero con otra estrategia.
El martes, mediante su canal preferido, el tuiter, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, canceló la visita que iba a hacerle en dos semanas más, a fines de agosto, a la primer ministro de Dinamarca, la socialdemócrata Mette Frederiksen.
¿La razón? Que, por el momento, la superficie total de Groenlandia, de dos millones de kilómetros cuadrados, políticamente constituida como una región autónoma perteneciente al Reino de Dinamarca, no está en venta.
Trump tuiteó: “Dinamarca es un país muy especial con gente increíble, pero según los comentarios de la primer ministro Mette Frederiksen, que no tendría interés en discutir la compra de Groenlandia, pospondré nuestra reunión programada en dos semanas para otro momento”.
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¿Puede Donald Trump comprar Groenlandia?
Siempre pensando en los bienes raíces, de donde surgió y dio el salto a la política, Trump agregó otro tuit, entre irónico y sarcástico, diciendo que con esa falta de interés, “ambos países ahorrarán dinero”. Más el suyo, por supuesto.
El presidente Trump agradeció a Frederiksen su trato “tan directo”. El pasado domingo Trump había confirmado, personalmente, los rumores de que estaba “interesado” en comprar Groenlandia.
En respuesta, Frederiksen dijo que Groenlandia “no está a la venta” y que esperaba que los comentarios de Trump “no fueran en serio”. No sabía la premier danesa que el presidente de la nación más poderosa (económica y militarmente) del planeta, no se anda por las ramas. ¡Claro que iba en serio!
El periódico The Washington Post investigó a fondo la estrategia del mandatario y arrojó estos datos: Trump pensaba ofrecer a Dinamarca la posibilidad de asumir el subsidio anual de 600 millones de dólares que paga a Groenlandia, así como a efectuarle “un gran pago” inmediato (que no ha sido revelado) “para incentivar la transacción”.
Cabe señalar que el viaje de Trump no tuvo nada que ver con su deseo fuera de lugar de comprar la isla: la reina Margarita II lo invitó a visitar Dinamarca. Pero Trump no está para hacer viajes de cortesía. Y canceló.