Se enamoraron del amor, formaron una familia y se dedican a compartir por el mundo lo que han aprendido
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Evan Lemoine hoy en día se ha convertido en un gran orador internacional siendo reconocido por sus conferencias, cursos y charlas sobre la sexualidad y el amor humano en todo el mundo, pero no siempre su experiencia había sido positiva en el pasado.
Cuando era joven estaba de novio en una relación que él define como “destructiva”, con un sentimiento de vacío en su corazón que no podía llenar, hasta que un buen día su padre le mostró un video que cambiaría su vida para siempre.
Por primera vez llegaba a él la Teología del Cuerpo, una enseñanza profunda y transformadora sobre el amor humano y la experiencia de la sexualidad bien vivida que le ofrecía respuestas reales a las inquietudes que como joven buscaba en su corazón.
Evan dice que es normal que uno busque en el mundo modos de llenar su corazón, pero muchas veces el problema es que esa búsqueda no se hace en los lugares correctos.
“Si no estuvieras buscando la felicidad que deseas, estarías loco. Más raro sería encontrar a una persona sentada en su cuarto que no hace nada por buscar la felicidad. El problema es que tal vez estás cayendo en la versión pirata que hace torcer las cosas y en realidad te aleja de lo que necesitas y verdaderamente quieres”.
Evan está convencido de que para encontrar a esa persona con la que puedes compartir tu vida tienes que mirar más profundo y acercarte a Dios.
“Cuando el hombre va hacia Dios, encuentra a esa persona que más le atrae. Al aprender a amar, más valora y quiere estar cerca de ese tipo de persona: una persona con identidad, que lucha por un amor auténtico y por superar sus egoísmos, que busca una vida plena y es capaz de amar y ser feliz en cualquier circunstancia”.
Evan cuenta que desde que conoció esta enseñanza, comenzó la aventura de querer estudiar y profundizar en ella y después de un par de años, se sintió atraído a México para discernir una posible vocación a la vida consagrada. Una vez instalado allí como misionero, se dedicó a enseñar la Teología del Cuerpo a tiempo completo.
Continuando su formación, el siguiente paso fue acudir el Instituto de Teología del Cuerpo en Filadelfia y cuando llegó al aeropuerto de esta ciudad conoció a la que sería su esposa, María Fernanda Gómez Solórzano, una mujer comprometida con sus mismos valores y con quien más tarde formaría una familia y tendría dos hijas.
Tanto Evan como Fernanda compartieron el llamado a dedicar sus vidas a difundir este gran regalo que ellos recibieron y así, juntos fundaron en 2013 el Instituto Amar al Máximo con el objetivo de buscar transmitir una visión positiva y hermosa de la sexualidad y ofrecer los medios para vivirla a jóvenes en todo el mundo.
Evan cuenta que quisieron compartir esto con el papa Francisco. Se fueron vestidos de novios a una audiencia con él para saludarlo y contarle personalmente el propósito que se habían marcado. “Para nosotros fue una experiencia grande. Le platicamos sobre nuestra misión y nos animó a seguir adelante”.
Ahora que están casados, Evan cuenta que más que nunca siente la necesidad de transmitir este mensaje porque ha sido testigo de haberlo vivido en primera persona. El matrimonio le ha dado un nuevo impulso en su vida.
“Finalmente pude saber cuál era el banquete preparado para mí, que tantas veces buscaba en comida chatarra que no me satisfacía. Por fin descubrí la riqueza del amor vivido. Y veo cómo parejas casadas por no haberse preparado bien o trabajado sus egoísmos antes, siguen en el matrimonio estando juntos pero no unidos”.