Con el objetivo de volver a ver al amor de su juventud antes de perder la memoria, Emilio emprende un disparatado viaje…
El próximo 6 de septiembre llegará a los cines españoles Vivir dos veces, comedia dramática de la exitosa directora de cine barcelonesa María Ripoll (Lluvia en los zapatos, 1998; Tu vida en 65’, 2006), que distribuirá Filmax.
La película sigue las andanzas de Emilio (Óscar Martínez), un anciano, dedicado a las matemáticas, que recibe la desoladora noticia de que va a perder la memoria a consecuencia del Alzheimer.
Con el objetivo de volver a ver al amor de su juventud antes de que este terrible hecho suceda, Emilio emprende un disparatado viaje, acompañado por su hija Julia (Inma Cuesta) y su nieta Blanca (Mafalda Carbonell).
Este periplo, a modo de road movie, servirá a los personajes para descubrir que no existe una fecha para comenzar de cero y, también, para descubrir los engaños que han estado presentes en sus vidas, porque nunca es demasiado tarde para hacer bien las cosas.
Por su parte, María Ripoll es una cineasta con personalidad y un estilo de hacer cine sensible que la hacen única cuando rueda. Además de las películas citadas son notables sus trabajos Rastros de sándalo (2014) o Ahora o nunca (2015).
En el caso que nos ocupa -es su octava película- vuelve a tomar las riendas de una propuesta arriesgada, en la que ha encontrado el equilibrio entre el tono cómico y dramático que presenta la aventura y que, por fortuna, no cae ni en la sensiblería, ni en el melodrama televisivo.
A ello contribuye decisivamente el sólido guión de María Mínguez, responsable del libreto Amor en polvo (2018), que consigue un retrato amable del paso del tiempo y una reflexión sobre la madurez.
Además, el viaje afecta a tres generaciones con todos sus elementos, que tiene la facilidad -a pesar de lo complicado que es- de servir un drama romántico que celebra la vida cuando debería guardar luto y llora cuando debería gritar de alegría.
Otra de las grandes bazas es su reparto.
Ciertamente, Óscar Martínez da el papel de gruñón argentino a la perfección, como ya demostró en Toc-Toc (2017), y su talento en la pantalla se hace notar.
Tanto o más ocurre con la actriz Inma Cuesta, cada vez más creíble y rotunda en sus personajes. Probablemente estemos ante uno de sus mejores trabajos.
Y lo mismo puede decirse de la jovencita de 10 años Mafalda Carbonell, hija del actor y humorista Pablo Carbonell, que ha heredado de su padre sus virtudes para la comedia.
Mafalda, como su personaje, padece artogriposis -contracturas congénitas que afectan a varias articulaciones del organismo- y su trabajo en la película supone un ejemplo valioso de superación, además de sintetizar con suficiencia el rol que tienen las nuevas tecnologías en los jóvenes.
Menos trabajado está el personaje que interpreta Nacho López, simplemente porque al libreto le faltan aristas que lo definan mejor.
Por su parte, el resto de secundarios está al nivel de los papeles principales y de este modo la historia mantiene siempre un equilibrio, tanto en su estructura, como en la narración y los diálogos.
Queda pues un muy buen trabajo, muestra y ejemplo del cine español en manos ahora de María Ripoll, quien por cierto es la directora de cine que más ha recaudado con sus películas. Esta vez, a todos hay que seguirles la pista.
@PALOMITERO