Obispos, sacerdotes, indígenas, campesinos, ambientalistas y académicos sentaron las bases del aporte colombiano al Sínodo para la Amazonia que sesionará en Ciudad del VaticanoLa advertencia del presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, Óscar Urbina Ortega, fue directa: “La diversidad étnica, cultural, natural y religiosa del bioma amazónico, exige cambios estructurales y personales de todos los seres humanos, de los estados y de la Iglesia”.
En la instalación del Pre-sínodo Amazónico celebrado el Bogotá, ante el presidente de Colombia, Iván Duque, más de un centenar de delegados provenientes de pueblos indígenas amazónicos, voceros de organizaciones ambientales, especialistas, invitados de otros países y sacerdotes que trabajan en esa vasta región, monseñor Urbina Ortega pidió al Gobierno “luchar contra los nuevos colonialismos que se disputan estas tierras desde diversos frentes”.
Entre otros graves problemas que afectan a la cuenca amazónica, el prelado —que también es arzobispo de Villavicencio— mencionó la deforestación, la contaminación de las fuentes hídricas y los proyectos de desarrollo “que no son amigables con el cuidado de la Casa Común”, una expresión que mencionó en varias ocasiones para recalcar la trascendencia de la encíclica Laudato Si, promulgada por el papa Francisco en 2015.
Para el presidente de la CEC, hablando en nombre de todos los obispos, es un compromiso básico con los derechos humanos y un imperativo moral, coherente con la ecología integral de la encíclica, “Proteger a los pueblos indígenas y sus territorios”.
En este sentido, monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, secretario de Pastoral Social del episcopado —Cáritas colombiana—, sostuvo que la Amazonia y en concreto la colombiana, “vive una urgencia ecológica, ambiental, humana y social” que en gran parte se debe a actividades ilícitas y sin ningún control como el narcotráfico, la minería sin ninguna planeación y el control de vastos territorios por parte de organizaciones ilegales.
Henao Gaviria consideró que es necesario que el Estado, los organismos especializados y la misma Iglesia, den respuestas de fondo a todos los problemas que afectan a las poblaciones de la Amazonía, porque además de los fenómenos de criminalidad, “también están de por medio la sostenibilidad de la paz de Colombia y de un proyecto de nación”.
Sobre la participación de indígenas, campesinos y afrocolombianos durante el evento, el secretario de Pastoral Social dijo a los periodistas que “son comunidades comprometidas de manera integral en el cuidado de la casa común. Ellos tienen conciencia clara frente a la conservación de la Amazonia y la preservación de la diversidad”. De igual manera, explicó que la Iglesia siempre ha estado dispuesta y cercana a los indígenas y habitantes de la región “acompañándolos y ofreciéndoles asistencia humanitaria” ya que muchos viven en condiciones de pobreza extrema, aguantan hambre y sufren la amenaza constante de grupos violentos.
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La voz de los indígenas
Por su parte, Fanny Cuiro, representante de la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de Colombia —Opiac— señaló que a las comunidades ancestrales siempre se les ha excluido de la agenda histórica de Colombia, hasta el punto de que “son invisibles para el Estado y las entidades y solo las recuerdan por sus recursos naturales”. La líder indígena, que representó a 56 pueblos autóctonos del Amazonas y 102 comunidades indígenas, pidió a las entidades ambientales y gubernamentales “no pensar ni hacer por nosotros”, sino sumarse a las causas indígenas, apoyando a sus líderes.
Al destacar la decisión del papa Francisco de convocar el Sínodo para el Amazonas, Cuiro consideró como muy positivo que “tenga en su agenda la vida que integra la Amazonia y eso nos llena de esperanza y muestra su compromiso con la vida en todas sus formas”. Sin embargo, pidió a la Iglesia que siga acompañando a los nativos y exhortó a los obispos para “que el sínodo no se quede en papeles”.
Durante su intervención en el encuentro, el presidente Iván Duque destacó la trascendencia histórica del sínodo que se reunirá del 6 al 27 de octubre de este año en Ciudad del Vaticano y recordó que uno de los pilares de su gobierno es la defensa de la biodiversidad y la protección del medio ambiente. “No se puede hablar de desarrollo si no hay protección sostenible del patrimonio ambiental de la humanidad”, recalcó el jefe del Estado colombiano.
Para la Conferencia Episcopal este encuentro preparatorio fue clave porque múltiples voces se unieron para presentar en el Vaticano, en un solo documento, el aporte colombiano en el cual “se reflejará el trabajo de una Iglesia comprometida con la conservación de la Amazonía”.
Colombia, que posee el 6 % del territorio amazónico, estará representado por una delegación de comunidades indígenas, campesinas, afros, sacerdotes, especialistas en medio ambiente y 16 obispos de la región.
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