La revista Newsweek ha informado que la tasa de divorcios en Duval (Florida) experimentó una sorprendente caída del 28 por ciento entre 2015 y 2017
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Cada vez son más claras –para quienes quieran verlas—las devastadoras consecuencias que tienen los divorcios tanto para la pareja como para los hijos, cuando los hay y para la sociedad en su conjunto.
Parecería que no hay nada que hacer para detener esta epidemia. Pero un proyecto llevado a cabo en el condado de Duval, en Florida (Estados Unidos), donde se encuentra Jacksonville, la cuarta ciudad más grande del Estado, muestra que sí se puede hacer algo.
La revista Newsweek ha informado que la tasa de divorcios en Duval experimentó una sorprendente caída del 28 por ciento entre 2015 y 2017, según la Mesa Redonda de Filantropía, quien fue el patrocinador inicial del programa.
“Ese es un número que debería haber generado titulares en todo el país, es tan grande. Y es una historia que las comunidades de todo el país deberían estudiar, es muy importante”, escribe en Newsweek Lee Habeeb, autor del artículo.
El papel de las iglesias
Según el artículo de Habeeb, dos expertos en el campo de la familia y el matrimonio W. Bradford Wilcox, de la Universidad de Virginia, y Spencer James, profesor en la Universidad Brigham Young, estudiaron el trabajo que se realiza en Jacksonville.
Ambos investigadores del matrimonio y de la familia, señalaron que las iglesias desempeñaron un papel fundamental en la conducción del proyecto que derivó en la disminución de divorcios en el condado de Duval.
El motor del proyecto es JP De Gance, quien encabezó la iniciativa durante su tiempo como vicepresidente ejecutivo de la Mesa Redonda de Filantropía. Ahora es el presidente de Communio, una organización sin fines de lucro encargada de expandir el programa en Jacksonville a más ciudades e iglesias en todo el país.
De Gance, un católico convencido, junto con su esposa, a los 28 años, se hicieron cargo no solo de sus tres hijos, sino de cuatro hijos de su hermana que se había divorciado. El saber que Dios le había confiado a esos niños y a los suyos lo hizo buscar la cercanía de la parroquia y fundó la Mesa Redonda de Filantropía.
Se trata de una red de filántropos y fundaciones interesadas en fortalecer la sociedad libre y civil de Estados Unidos. A partir de 2014, organizó lo que se convertiría en el mayor proyecto de fortalecimiento matrimonial financiado con fondos privados de la nación que se haya implementado a nivel de ciudad.
Con veinte millones de dólares recaudados, De Gance y sus compañeros decidieron no quedarse sentados y maldecir la oscuridad, sino encontrar soluciones reales en contra del divorcio en su ciudad. Ejecutaron proyectos piloto de 2016 a 2018 en tres áreas metropolitanas diferentes, con iglesias en el centro de la solución”.
¿Por qué la Iglesia? Porque la Iglesia dice De Gance “están mejor situadas para convertirse en el catalizador de una cultura matrimonial saludable porque pueden hacer lo que el gobierno nunca puede hacer: pueden amar”.
Organizar y predecir
El modelo de De Gance en Jacksonville implementó algunas metodologías modernas de comercialización para atraer a los residentes locales a la iglesia, aquellos que de otra manera no hubieran asistido.
“De Gance y su equipo desarrollaron un modelo predictivo para ayudar a identificar a las personas con mayor probabilidad de divorciarse en el área”, escribe Habeeb en su artículo de Newsweek.
Más tarde, las parroquias determinaron qué actividades eran más útiles dentro de su esfera de influencia, por ejemplo, un radio de ocho kilómetros, y luego se centraron en esas personas para el correo directo, la publicidad en línea o la divulgación en las redes sociales.
“Las parejas seleccionadas tenían una alta propensión tanto a divorciarse como a aceptar una invitación para asistir a un evento en una iglesia, a pesar de que no eran miembros”, escribió Seth Kaplan, profesor de la Universidad Johns Hopkins, en un artículo sobre el trabajo de De Gance en Jacksonville.
Y una vez en la Iglesia tuvieron oportunidad de reencontrar el camino; profundizar en su relación y, sobre todo, hallar una comunidad que protege a la pareja.
En realidad, se aplicó un trabajo de marketing micro-dirigido y el análisis de los big-data como si se tratara de atraer personas a un producto, nada más que este “producto” era, ni más ni menos, una alianza para fortalecer la vida familiar.
Y es que, como explica De Gance a Newsweek, prácticamente ninguna de las iglesias dedica presupuesto al ministerio matrimonial. “Lo que significa que las oportunidades para que las iglesias tengan más impacto en el frente del divorcio y el matrimonio son infinitas”.
Con información de Newsweek