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Descanse en paz Rutger Hauer

RUTGER HAUER
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Ramón Monedero - publicado el 26/07/19
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Muere el actor holandés Rutger Hauer, conocido, sobre todo por haber interpretado al replicante con la frase más famosa de Blade Runner

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No nos engañemos. Rutger Hauer pasará a la historia del cine. Pero lo hará únicamente por una película. En Blade Runner, el actor de origen holandés interpretaba a Roy Batty, un replicante al que Rick Deckard (Harrison Ford) debía dar caza. Ford, que siempre ha sido un actor carismático pero, reconozcámoslo, de recursos dramáticos limitados, palideció cuando se vio en la tesitura de compartir escena con Hauer. El actor, de pelo rubio platino y ojos profundamente azules rebosaba un carisma y una presencia en pantalla que Harrison Ford, por más que fuera Indiana Jones, no podía superar. Además a Hauer se le daba muy bien interpretar a los villanos, no le daba miedo escarbar en su lado oscuro, y su presencia frente a la cámara, solía hacer el resto.

En la mítica escena de Blade Runner, en la que Roy Batty salvaba de una muerte segura a Deckar, el replicante decía unas palabras que han pasado a la historia del cine: yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Naves de ataque en llamas más allá de Orion. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir. Esta ha sido, sin duda, la mayor aportación de Hauer a la historia del cine. Sobre todo porque según parece, el actor holandés añadió algunas palabras de su propia cosecha a estas últimas frases de su personaje.

Rutger Hauer, comenzó en el teatro en Holanda y pronto dio el paso al cine en donde conoció a Paul Verhoeven, futuro director de películas como Robocop o Desafío total. Con él trabajó en la serie de televisión holandesa Floris (1969) y en las películas Delicias turcas (1973), Una novia llamada Katy Tippel (1975), Eric, oficial de la reina (1977), Vivir a tope (1980) y Los señores del acero (1985). Fue de hecho, Delicias turcas quien lo lanzó a la escena internacional. El film estuvo nominado al Oscar a la mejor película extranjera y la impresionante presencia de Hauer no pasó desapercibida. En muy poco tiempo comenzó a alternar trabajos en su Holanda natal y en Hollywood y fue precisamente por aquella época cuando hizo Blade Runner, pero también Clave Omega del imprescindible director Sam Peckimpah o En busca del águila.

Los de mi generación los conocemos además, porque interpretó a Navarre en Lady Halcon (1985). No es que sea una gran película, ni si quiera es que tenga una gran banda sonora (si han visto la película, entenderán este último comentario), pero es uno de esos largometrajes sentimentales de la generación de los 80. Después vino Carretera al infierno que vista con perspectiva sigue aguantando muy bien el paso de los años pero lo de después, es para echar la persiana.

Hauer ha reconocido en alguna que otra ocasión que no tenía olfato a la hora de detectar buenos guiones. Debe ser por esto que protagonizara películas como Se busca vivo o muerto (1986), Furia ciega (1989), Peligrosamente unidos (1991) o Segundo sangriento (1992). A partir de entonces Hauer pasó de ser un actor en ciernes a convertirse en una reliquia vintage. En un recurso nostálgico de sus dos o tres mejores películas. Fue entonces cuando directores como Robert Rodriguez, Quentin Tarantino, Christopher Nolan o Dario Argento lo recuperaron para películas como Sin City, Batman Begins o un fallido aunque interesante Drácula 3D.

Pero es cierto que Rutger Hauer se ha ido siendo un replicante. Y eso, que según el relato orinal de Phillip K. Dick, los replicantes solo eran robots humanoides con fecha de caducidad. Tal vez el mayor logro del actor holandés haya sido en realidad ese, demostrar que no había un replicante más humano que el interpretado por él.

Descanse en paz Rutger Hauer. Por lo buenos y los no tan buenos momentos que nos has hecho pasar. Todos han valido la pena. Pero solo por una razón, porque tú estabas ahí.

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