La llamada “Cruz de Paz”, un memorial a los caídos durante la Primera Guerra Mundial situado en un suburbio de Washington DC, ha recibido el espaldarazo de la Corte Suprema de Estados Unidos para poder seguir en pie
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La Corte votó siete a favor por dos en contra para decidir que la Cruz –que se encuentra erigida en terrenos de propiedad pública—no “apoyaba la religión” como los demandantes de la Asociación Humanista de Estados Unidos pretendían demostrar.
El juez Samuel Alito, en su ponencia, resaltó que la “Cruz de Paz” es un “hito comunitario prominente” cuya remoción o alteración (a casi cien años de haber sido construida) sería vista por muchos, como “una manifestación de hostilidad hacia la religión” contraria a la tradición de respeto a la libertad religiosa en Estados Unidos.
La “Cruz de Paz” fue elevada para recordar a 49 hombres del condado Príncipe Jorge (Maryland) que fallecieron en combate durante la primera gran conflagración mundial del siglo XX.
Fue promovida y financiada por ciudadanos y adoptada, desde 1992, por una organización de veteranos de guerra llamada Legión Americana.
La cruz se completó en 1925 y en 2016, dos años después de que surgió la demanda en su contra, el Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos la colocó en su registro de lugares históricos.
Los humanistas, ateos y libre pensadores de la Asociación Humanista de Estados Unidos se opusieron a la cruz pues generaba, en terreno públicos, un “contacto no deseado” de un elemento religioso con gente que no tiene creencias religiosas.
El juez Alito destacó el carácter histórico del memorial y argumentó que “el paso del tiempo da lugar a una fuerte presunción de
constitucionalidad”.
Siete de los nueve jueces estuvieron de acuerdo (aunque con objeciones) que el monumento a los caídos no viola la cláusula de establecimiento de la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos que prohíbe al gobierno favorecer a una religión sobre otras.
Los defensores de la cruz en Bladensburg, un suburbio de la capital estadounidense, habían argumentado –no sin razón– que un fallo en su contra “podría condenar a cientos de monumentos de guerra que usan cruces para conmemorar a los soldados que murieron”.
“La cruz es, sin duda, un símbolo cristiano, pero ese hecho no debe cegarnos a todo lo demás que la Cruz de Bladensburg ha venido a representar”, escribió el juez Samuel Alito en su ponencia.
Otra cosa muy diferente, dijeron los jueces de la Corte Suprema, es la erección de monumentos religiosos en la actualidad. Los demandantes han dejado en claro que un monumento así debe situarse o en propiedad privada o hacerse como un monumento “no religioso”: una losa, un obelisco…