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El insomnio altera de manera significativa nuestro bienestar, pero antes de recurrir a fármacos se pueden tomar en consideración remedios naturales eficaces
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El sueño representa una función esencial para el bienestar del organismo. Durmiendo, de hecho, tenemos la posibilidad de descansar y recargar las energías físicas y psíquicas, puestas a prueba por las actividades cotidianas. Pero logramos también elaborar y adquirir los estímulos y la información aprendida durante la vigilia, fijándolos en la memoria.
En pocas palabras, gracias al sueño, nuestro cerebro “trabaja” en lo que ha sucedido durante el día.
Lo hace reorganizando todo en sus “archivos” y memorizando bien algunos datos que considera importantes y quitando los superfluos.
Después de un buen sueño es fácil encontrarse en la mañana con las ideas más claras, con nuevos proyectos y propósitos interesantes para el día.
A menudo, con la llegada del calor, puede haber dificultad para conciliar el sueño y para dormir ininterrumpidamente durante las horas necesarias.
Pero los grandes “enemigos” del sueño son probablemente la ansiedad y el estrés.
Te puedes encontrar por la noche, con la mente sobrecargada, incapaz de liberarte de los pensamientos y problemáticas que te han acosado durante el día.
No siempre el insomnio necesita un tratamiento específico, natural o farmacológico, para encontrar la solución.
A menudo el organismo logra encontrar sus ritmos naturales de sueño y vigilia de manera espontánea y autónoma.
Sin embargo, cuando el problema persiste de forma constante y prolongada en el tiempo es posible, antes de recurrir a fármacos, tomar en consideración remedios naturales eficaces.
Ellos pueden ofrecer un válido apoyo para contrarrestar el insomnio, mejorando la calidad del sueño. Son por ejemplo la valeriana, la pasiflora o la lavanda.
Actuar sobre la ansiedad del día, para descansar mejor en la noche
Conocida desde la Edad Media, la Valeriana (Valeriana officinalis) es sin duda uno de los remedios más tradicionales y conocidos para promover la relajación física y mental.
Su nombre botánico deriva del término latino valere es decir “tener valor o fuerza”. Esto alude a la eficacia de la planta para ayudar a gozar de buena salud.
Si se usa -adecuadamente trabajada en extractos- la parte interior (rizoma y raíces), durante el día para favorecer la relajación, se llega a la noche mejor predispuestos a un sueño reparador.
Es el remedio ideal para quien tiene problemas para dormir. Pero también favorece una buena calidad del sueño, sin dar ninguna sensación de aturdimiento al despertar.
Es aconsejada también si hay síntomas ansiosos como la taquicardia (palpitaciones) o en el tratamiento de trastornos menopáusicos, periodo caracterizado por trastornos del sueño vinculados a los síntomas vasomotores (sofocos y calores).
Para un mejor uso: difícilmente utilizable por sí sola -en infusión o tisana- a causa de su olor no precisamente agradable, la valeriana puede tomarse también en forma de gotas (extracto hidroalcohólico), en cápsulas y comprimidos, en la dosis sugerida por el fabricante.
También se puede tomar para controlar la ansiedad durante el día, dejando la administración nocturna, justo antes de irse a la cama, para controlar el descanso nocturno.
Precauciones: se trata de una planta segura, no caracterizada por producir efectos secundarios o contraindicaciones de particular importancia.
En altas dosis o por un uso prolongado puede causar irritación gástrica, cefalea, visión borrosa, náuseas y agitación. Se desaconseja tomarla durante el embarazo o la lactancia.
La flor de la Pasión para vivir mejor
Las flores singulares en forma y colores de la pasiflora (Passiflora incarnata), planta trepadora perenne nativa de América, permite su fácil identificación durante toda la hermosa estación.
Fue descubierta en los Andes peruanos a principios de la segunda mitad del siglo XVI por el doctor Nicholas Monardes, médico y botánico español.
La pasiflora fue denominada por él como “Flor de la Pasión” por la singular forma de la flor que, a ojos del estudioso, parece recordar, con sus diversas partes, algunos elementos de la Pasión de Cristo.
Se utilizan precisamente las copas florecidas y la parte áerea frondosa, dotadas de una ligera actividad sedativa y ansiolitica.
Son las que permiten a la planta favorecer la relajación, alejando las tensiones y la irritabilidad, muy a menudo vinculadas con el estrés cotidiano.
Puede usarse durante el día, por su leve acción tranquilizadora capaz de restaurar la serenidad y la calma. Pero sobre todo en la noche, para favorecer un sueño fisiológico, limitando los despertares nocturnos.
Gracias a su acción relajante en el aparato digestivo y los músculos lisos del útero, puede representar el remedio ideal para la mujer que padece un ligero insomnio cuando se acerca el ciclo menstrual.
Como usarla
Se utiliza en infusión, en la medida de una cucharadita de té por taza, (150-200 ml) de agua hirviendo, dejando la infusión de 7-10 minutos antes de filtrar.
Existen en las tiendas también extractos más prácticos, ya listos para consumir, en cápsulas y gotas (extracto hidroalcohólico), para usar según se necesite 1-3 veces al día, respetando la dosis recomendada por el fabricante.
Precaución: es una planta segura, que carece, en las dosis indicadas, de efectos secundarios dignos de mención o de precauciones particulares.
Es bueno evitar su uso, por falta de datos, en el embarazo y la lactancia. Podría interferir con fármacos ansiolíticos e hipnoinductores (barbitúricos) acentuando el efecto sedativo y prolongando el tiempo de sueño.
Por lo tanto, es recomendable evaluar su uso junto con su médico, si usa medicamentos ansiolíticos.
El perfume del buen descanso
La aromaterapia representa uno de los métodos más indicados para encontrar la calma y la tranquilidad sin tomar ningún remedio por vía oral.
Por su acción directa en el cerebro, al que llegan a través de la vía privilegiada del olfato, los aceites esenciales pueden representar un gran recurso sobre todo cuando deben intervenir sobre el sistema nervioso.
Calmante natural por excelencia, la manzanilla (Anthemis nobilis) es una de las esencias más indicadas para alejar la irritación y el malhumor, las tensiones emotivas y la agitación: se puede usar en un difusor de aromas -al menos media hora antes de acostarse- para promover la relajación y el descanso durante el embarazo. La dosis indicada corresponde a 6-8 gotas -a diluir en agua- para habitaciones medianas.
Si se quiere potenciar la eficacia de la manzanilla es posible añadir también de 3-4 gotas de lavanda (Lavandula angustifolia, L. officinalis, L. hybrida) capaz de inducir -a nivel mental- el equilibrio, la calma y la claridad.
Es la esencia indicada para quien no logra “desconectar”, encontrándose enredado en fijaciones y pensamientos recurrentes, al punto de no lograr descansar tranquilamente.
Algunas gotas de lavanda en un pañuelo de algodón para llevar siempre consigo o esparcir en una esquina de la almohada favorece la calma interior y la relajación necesarias para aclarar las ideas y lograr dominar los pensamientos.
Por Stefania La Badessa
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