El ritmo diario puede generar soledad y ensanchar la distancia con los demás dejando nuestras relaciones en un último plano. Descubrir espacios de encuentro en medio de una agenda completa es un desafío que se puede lograr buscando la calidad con quienes nos encontramos, poniendo en marcha la creatividad y marcando prioridades.
Buscar relaciones de calidad
Cuando el tiempo es limitado lo primero para recordar es saber elegir con quién pasaremos ese tiempo y cómo. Llenar los espacios con personas con las que uno puede enriquecerse y cultivar vínculos sólidos, es una decisión inteligente que nos predispone a vivir mejor.
Rodearnos con quienes podemos tener una relación profunda y participar de actividades que nos hacen crecer, hacen que la experiencia de nuestro día cobren gran significado. Lo que verdaderamente importa es conservar la calidad de esos encuentros y aprovecharlos al máximo para fortalecer nuestra amistad.
Ser creativo para generar el encuentro
Cuando la agenda está muy apretada ser creativo con la forma en que utilizamos el tiempo disponible es fundamental. Si no contamos con la posibilidad de hacer una larga llamada, podemos buscar maneras de comunicarnos que requieran menos tiempo y a su vez no dejen de aprovecharse para ponernos al día con los amigos.
Podemos usar los trayectos de la casa al trabajo para comunicarnos o quedar con un amigo para la hora del almuerzo o la cena, o bien llamarlo mientras hacemos recados. No hay que olvidar que siempre podemos darle un lugar a las personas que nos importan y para eso hay que estar atentos en crear las oportunidades.
Aprender a marcar prioridades para el otro
Si hemos marcado una prioridad con un amigo, encontraremos el tiempo para ello. Es una estrategia simple pero muy real. Lo mismo ocurre cuando con un acto de voluntad nos proponemos implementar un estilo de vida más saludable estableciendo normas en nuestras comidas e incorporando la actividad física.
Si ocurren imprevistos o los días se tornan muy ocupados, el haber planificado con anticipación nos permite incluso poder organizarnos mejor en esos momentos para poder reunirnos con los amigos una vez que la agenda se calme.
No hay que esperar a tener tiempo, porque eso nunca ocurrirá. Lo importante es marcarlo como prioritario para que el tiempo aparezca. Tratar las relaciones con los demás como una prioridad, puede ser una valiosa inversión de esfuerzo en un momento que parece difícil pero que siempre valdrá la pena hacer.
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