En octubre se celebrará el Mes Misionero Extraordinario “No se debe confundir evangelización con proselitismo”, expresó el papa Francisco, sin hojas en la mano, durante la audiencia dedicada a los misioneros y misioneras que participan al Capítulo General del Pontificio Instituto Misiones Extranjeras (PIME) este lunes 20 de mayo 2019, en el Vaticano.
“¿Eres o no eres evangelizador? Si tú no recibiste ésta gracia, ésta vocación, quédate en casa”, afirmó el Pontífice, en un discurso improvisado, al recordar la misión del instituto PIME, sociedad de vida apostólica, católica e internacional, dedicada a las misiones en el mundo.
Evangelizar es un don de Dios
El Obispo de Roma indicó que “Evangelizar es un don de Dios”. Por ende, no hay acciones humanas, por más buenas que sean, que nos hagan merecer un don tan grande. “La primera palabra, la actividad verdadera viene de Dios y sólo si entramos en esta iniciativa divina, podremos también ser —con Él y en Él— evangelizadores” (Evengelii Gaudium, 112).
“¡Sí, yo siento la necesidad de anunciar a Jesús no puedo callar!” sostuvo Francisco al citar las palabras de San Pablo VI. “No hay evangelización verdadera, mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesús de Nazaret Hijo de Dios”, añadió (Evangelii Nuntiandi, 26).
El Papa destacó la misión del PIME como la de una comunidad conformada por laicos, sacerdotes y religiosos y religiosas, que viven en “comunión de vida y de actividad”. Según el Pontífice, el principio de la primacía de la gracia de Dios debe ser un faro que alumbre permanentemente las reflexiones de la Iglesia sobre la evangelización.
Mes Misionero Extraordinario
Precisamente, el papa Francisco ha convocado el Mes Misionero Extraordinario que se celebrará en octubre de 2019: “Bautizado y enviado: la Iglesia de Cristo en una misión en el mundo”.
El Mes Misionero Extrordinario se realiza con motivo de la celebración del 100 aniversario de la publicación de la carta apostólica Maximum illud de Papa Benedicto XV, sobre la propagación de la fe católica en el mundo entero, en la que en 1919, el entonces pontífice pidió a los misioneros evitar los nacionalismos.
Misioneros mártires y santos
El PIME inició su actividad en Milán, Italia, hace casi 170 años, por iniciativa de monseñor Angelo Ramazzotti, Obispo de Pavía, quien, entonces, escuchó la voluntad de papa Pío IX que invitaba a la Iglesia a ser misionera y a difundir el Evangelio entre los pueblos que aún no conocían a Jesús.
“Su historia está marcada por un sendero luminoso de santidad en muchos de sus miembros, en algunos reconocidos oficialmente por la Iglesia: recordamos a los mártires Sant ‘Alberico Crescitelli, el Beato Giovanni Battista Mazzucconi, el Beato Mario Vergara; y los confesores el beato Paolo Manna y el beato Clemente Vismara”, escribió el Papa Francisco en su discurso.
Francisco recordó las primeras tierras de misión del PIME: Oceanía, India, Bangladesh, Myanmar, Hong Kong y China. “La semilla puesta bajo la tierra ha producido tantos frutos de nuevas comunidades, de diócesis nacidas de la nada, de vocaciones sacerdotales y religiosas germinadas para el servicio de la Iglesia local”.
El PIME, después de la Segunda Guerra Mundial, “ha ampliado su presencia en Brasil y el Amazonas, en los Estados Unidos, en Japón, Guinea-Bissau, Filipinas, Camerún, Costa de Marfil, Tailandia, Camboya, Papúa Nueva Guinea, México, Argelia y Chad”.