Nos dieron la vida, confiaron en nosotros, siempre están ahí... ¡Cuánto les debemos a nuestras mamás! ¿Sientes un gran agradecimiento hacia tu madre y quieres hacerle un regalo especial? Pídele a Dios por ella rezando esta bonita oración:
Por sus cuidados desde que me llevó en sus entrañas, de día y de noche,
por su bondad, su ternura, su desinterés, su entrega total,...
quisiera darte hoy gracias, Señor Dios,
a Ti, que la escogiste a ella para mostrarme la maravilla del amor maternal.
Es imposible recordar todo lo que ella me ha dado,
pero Tú sí lo sabes, y quiero decirte, con humildad: gracias por mi mamá.
A ella te la confío, con todas sus necesidades presentes y futuras,
para que la ayudes y la ames como a tu madre, María.
Perdona todos los fallos y faltas que haya podido tener. Hazla perfecta.
Vuelca en ella toda tu misericordia, como ella ha volcado conmigo tu amor.
Trátala siempre como a una reina... y permíteme a mí ser su corona
y disfrutar de su cercanía toda la eternidad.
Todos los santos, Nuestra Señora de Guadalupe, Señor Jesús, rueguen por mi mamá.
¡Gracias, mamá!
Por tanto como nos han dado nuestras madres, o mejor: por cómo se han dado a sus hijos, podemos agradecerles de muchas maneras.
Además de rezar por ellas, podemos honrarlas acogiendo el amor que nos han dado y llevándolo al mundo.
Dedicándoles tiempo: charla con ella, ten una cita con tu mamá. Si no vives con ella, llámala, ve a visitarla.
Y por qué no, hazle un regalo también. Hecho o ideado por ti, o comprado. Piensa en qué cosas le gustan, o quizás algunas que le falten... Sobre todo, ¡hazlo con amor!