“Si quieres que un niño diga la verdad, dile la verdad. Si quieres que un niño ame la verdad, cuéntale un cuento”. –Andrew Peterson
Los humanos necesitamos historias. Además de los múltiples beneficios cognitivos que ofrecen, los cuentos nos enseñan a relacionarnos con el mundo y las personas que lo habitan. Los clásicos son un buen punto de partida, ya que el principal motivo de que sean clásicos es que son atemporales. Nunca es demasiado pronto para darle a conocer un clásico a tu hijo o hija, así que echa un ojo a estos siete cuentos ideales para los más pequeños:
1. Las fábulas de Esopo
Las Fábulas de Esopo son una colección de cuentos breves con moraleja que originalmente se transmitían de forma oral. Estas fábulas están protagonizadas principalmente por animales parlantes y ofrecen a los niños importantes proverbios y lecciones vitales. Puedes encontrar estos cuentos en Internet de forma gratuita o adquirir varios libros hermosamente ilustrados. Además, pueden leerse en pocos minutos, por lo cual son excelentes para los lectores (u oyentes) más jóvenes.
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2. Los cuentos de Hans Christian Andersen
¿Qué niño no se ha solidarizado con el patito feo o se ha reído del emperador y su “traje nuevo”? Las historias del cuentacuentos danés Hans Christian Andersen, como La sirenita, La princesa y el guisante o El patito feo, son de las mejores creaciones de la literatura infantil. Estos cuentos han fascinado a públicos infantiles durante más de 150 años y seguro que harán las delicias de tus hijos.
3. Cuentos de Winnie the Pooh
¿A quién no lo gusta este osito bobalicón? Los cuentos de Alan Alexander Milne sobre Winnie the Pooh y sus amigos son de las historias más queridas de todos los tiempos, tanto por niños como por adultos. Inspirado en su hijo Christopher Robin (al que convertiría en personaje de los cuentos) y sus peluches, Milne creó historias maravillosamente extravagantes y, aunque su lenguaje es simple, son profundas en significado. Estas historias os harán reír (y quizás incluso derramar alguna lágrima) y son garantía de que cualquier público pedirá “uno más, uno más”.
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