“La Reina Letizia busca convento”, me envía una amiga mía (poco monárquica) por wathsapp y junto al tendencioso o gracioso mensaje (según se mire) sendas fotografías de la Reina Letizia en monasterios españoles.
Más allá de la gracia y del chiste fácil, la Reina Letizia ha tenido en esta semana dos visitas especiales: visitas a Monasterios. No es algo en lo que se prodigue la monarca española o por lo menos pocas veces ha trascendido a la opinión pública.
La primera visita fue al Monasterio de la Encarnación en Madrid. El día 10 de abril la Reina inauguraba los trabajos que están realizando en este lugar para la acogida de personas con discapacidad. La Reina quiso así apoyar las nuevas herramientas de acceso a la Información proporcionadas para una mejor acogida de personas con discapacidad.
El Monasterio de La Encarnación, a pocos pasos del Palacio Real de Madrid, es un monasterio fue fundado en 1611 por la reina Margarita de Austria, esposa del rey Felipe III, como un convento agustino de monjas de clausura. Un lugar muy ligado a la historia de España y la monarquía. Aquí tuvieron lugar todos los funerales estatales de los monarcas y miembros de la familia real durante los siglos XVII y XVIII.
El monasterio ahora conserva el claustro principal, el coro y el relicario. Se considera una pieza excepcional por su excelente colección de obras de arte, que incluye pinturas de la escuela madrileña del siglo XVII.
Es la sala de relicarios, con sus esculturas de madera de Juan y Mena y Salzillo y su conjunto de 700 piezas de bronce, coral, marfil y maderas preciosas, lo que hace que toda su singularidad. Entre las 1500 reliquias expuestas se encuentra una bombilla que contiene la sangre de San Pantaleón, que se licuaría cada 27 de julio.