¡Dios necesita ser el dueño de tu casa!
Dios nos llamó para que fuéramos suyos. Nosotros tenemos una marca, tenemos una alianza con Él. Hoy necesitamos tomar posesión de esa verdad: ¡somos pueblo de Dios! Y el Señor nos selló con su sangre para afirmar que somos su rebaño.
Tu matrimonio pertenece al Señor. Y Cristo murió por ti; por eso, esa realidad necesita realizarse hoy. El mundo necesita, con urgencia, de parejas llenas del Espíritu Santo para evangelizar y salvar.
No podemos seguir la voz del enemigo, pues lo primero que él quiere es tentarnos, para que no reproduzcamos a Dios. El Señor es quien pone la mano en tu vientre y va tejiendo al niño. Él, el amenazador, tiene rabia cuando ve a una mujer embarazada, por eso, el pecado preferido del amenazador es el aborto.
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Dios nos ama
¡No hay solución fácil para un problema difícil! Ten amor en ti y da amor a todos los de tu casa. Reza por tu esposa, por tu esposo, por tus hijos. En tu casa Dios necesita ser el dueño.
Donde estés, tú tienes que llevar el cielo. Tú eres cristiano en la medida en que, por donde pases, siembres el Reino de Dios. Da a tus hijos el Reino de los Cielos por herencia.
Siembra, en el corazón de tus hijos, en el día a día, el Reino de Dios. Dale a Dios a tus hijos, llévalos al Cielo. Consume tu vida de amor por el hijo que tienes.
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No tengas amistades con parejas que no quieran ser santas. Ten el valor de cortar las malas amistades. Que sepas que el infierno tiene rabia de las parejas que desean la santidad.
Por eso, saca de tu casa todo lo que sea del demonio: revistas y películas pornográficas, objetos consagrados al demonio. ¡Experimenta el placer de una relación sexual en Dios!
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Estás llamado a reproducir a Dios. No dejes que nada ni nadie te impida vivir aquello que tienes por derecho: tener a Dios en tu matrimonio, en tu familia.
Dios te dio un regalo de bodas: ¡el Espíritu Santo! ¡Abre y usa el regalo en tu casa!
Texto sacado del libro “Sede fecundos“, del sacerdote Léo, scj, por Canção Nova