Una zona minera ubicada en Imabura que se ha transformado en rehén de las mafias y grupos ilegales En los últimos años la llegada de personas a la localidad ecuatoriana de Buenos Aires en Imbabura (Ecuador) se ha incrementado de manera considerable. Es que en este lugar la presencia de minas de oro ha generado el movimiento de miles de trabajadores y mineros que sueñan con hacerse del material precioso.
Video de Ecuavisa publicado en 2018:
Sin embargo, más allá de las condiciones de vida de estas personas, la presencia de estas minas también ha fomentado el desarrollo de actividades ilícitas en la zona, entre ellas, por ejemplo, la acción de grupos armados que luchan por el control del territorio.
“A Darwin David… se lo conoce como alias ‘Perico’ y es quien imparte terror en las minas”, decía en febrero de 2019 la hermana de un colombiano asesinado en diciembre de 2018 y cuyo cuerpo fue abandonado en una quebrada dentro de las minas ilegales, tal cual recuerda un reportaje de El Comercio acerca del drama en la zona norte de Ecuador.
“Mi hermano no se dejaba extorsionar y tal vez por eso fue que le quitaron la vida”, decía la mujer a través de un video.
En ese sentido, el personaje en cuestión, alias ‘Perico’ era mencionado como alguien rodeado de un grupo armado dedicado a la extorsión y el cobro en base a la cantidad de piedra mineralizada que se pueda transportar de una loma a otra, además de cobrar por “seguridad”.
En este caso, en su momento, la Fiscalía tomó cartas en el asunto para investigar el crimen. Pero la situación vinculada a la minería ilegal y estos grupos ilegales data de tiempo atrás, algo que sigue preocupando –y hasta con mayor intensidad- por estos días.
Tan solo en 2018 fueron detenidas en los controles policiales más de 400 personas, muchos de los cuales fueron inmediatamente liberados. Pero todo esto, además de la desarticulación de redes que suministraban armas de fuego, no hacen otra cosa más que confirmar el clima de tensión en una región que también sabe de belleza y maravillas.
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Miedo y pedido de auxilio
“¡Por favor ayúdennos!”. El grito de desesperación pertenece a un anónimo que se lo hace llegar a la Policía. Este poblador de Buenos Aires la situación con la que tiene que convivir se asemeja a la de una zona de guerra, espacio donde accionar grupos armados que mantienen en vilo a todos.
“La gente nos cuenta sus problemas. Nos dicen que hay gente que se mete en sus terrenos y que no quiere salir”, cuenta uno de los agentes policiales a El Comercio, al tiempo que el testimonio de locales que aseguran escuchar disparos por la noches y ser testigos de episodios de violencia sexual no dan tregua.
Entre los más afectados también están los médicos, quienes han expresado preocupación debido a que no pueden trabajar de manera normal. Denuncian que no tienen seguridad y que incluso se les impide el ingreso a la zona.
En medio de todo esto, prosigue El Comercio, en las últimas horas se confirmó la incursión de un nuevo grupo armado que pugna por el control de las minas.
Todo parece indicar que aún la solución para estos pobladores está lejos y que la disputa entre las mafias, la incidencia de la minería ilegal para la obtención de oro sigue siendo fuerte.
“Nadie ha visto nada, nadie sabe nada; todos prefieren callar”, dice un tanto vencido Víctor Hugo Zárate, comandante de la Policía de Imbabura, de alguna manera reflejando el temor que persiste por estas horas con respecto a todo esto.
Con información en base a El Comercio