Un panorama desolador, pero que también sirve para la reflexión y recordar aquello de “Pescador de Hombres”
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En este barco no hay oro ni espadas, sino simplemente abandono y soledad gracias a una sequía. Efectivamente, se trata de una embarcación instalada en el lago seco Acuelo en Paine (Chile).
Este lugar durante décadas fue una de las principales atracciones turísticas de las zonas aledañas de la capital Santiago. Sin embargo, hoy en día el panorama se presenta desolador, ya que el lago ha desaparecido debido a la falta de lluvias, entre otros factores.
“Es la primera vez que ocurre en 2.000 años”, dijo hace unos meses el hidrólogo y académico de la Facultad de Ciencias Forestales de las Universidad de Chile, Pablo García, en diálogo con El Mercurio.
En tanto, mientras esto acontece, la imagen de esta sencilla barca a la deriva en medio de la nada de alguna manera tiene alguna coincidencia con el famoso tema “Pescador de Hombres”, momento que también hace recordar aquel llamado de Jesús a sus discípulos hace más de 2.000 años, hoy más vigente que nunca y que hace referencia a dejarlo todo para seguirlo y junto a él “buscar otro mar”.
“Tú has venido a la orilla,
no has buscado ni a sabios ni a ricos.
Tan sólo quieres que yo te siga.
Señor, me has mirado a los ojos,
sonriendo has dicho mi nombre.
En la arena he dejado mi barca:
junto a Ti buscaré otro mar”
Esta canción era una de las preferidas del papa Juan Pablo II. Tras su muerte, que se recuerda este 2 de abril, fue cantada frecuentemente en Polonia en recuerdo suyo.
