El ejemplo inicia en casa: Nuevas iniciativas para la protección de los menores y de las personas vulnerables dentro del Vaticano El Vaticano ha dado a conocer hoy, viernes 29 de marzo de 2019, tres documentos firmados por el papa Francisco a favor de la protección de los menores y de las personas vulnerables. Se trata de una Carta Apostólica (Motu Propio), una nueva ley para el Estado de la Ciudad del Vaticano extendida a la Curia Romana (N. CCXCVII) y un documento de líneas guía pastorales para prevenir nuevos casos.
La iniciativa se enmarca en la lucha contra los abusos sexuales, de conciencia y de poder perpetrados por sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica, que han producido una seria crisis de credibilidad sin precedentes para la institución.
Esa crisis dura ya varias décadas con casos de abusos en los cinco continentes, así como quedó latente en la Cumbre para la Protección de los Menores celebrada en el Vaticano el pasado mes de febrero (21-25).
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Los tres documentos apenas publicados, llegan unos días después de que la ley civil en Chile fallara a favor de las víctimas del ex sacerdote y depredador sexual Fernando Karadima.
El arzobispado de Santiago de Chile deberá indemnizar con 150 mil dólares a Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo por “daños morales”.
Ellos sufrieron abusos sexuales, cuando eran menores de edad, por parte de Karadima, según falló este miércoles la novena sala de la Corte de Apelaciones de ese país.
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En este contexto, Francisco se toma en serio la prevención y la atención de las víctimas dando continuidad a la lucha emprendida por su predecesor Benedicto XVI.
Las indicaciones, leyes y normas se refieren solo al Estado del Vaticano, donde trabajan numerosos sacerdotes y religiosos, y hay pocos niños. Por ejemplo, los niños del coro de la Capilla Sixtina del Vaticano, o las pocas decenas de niños que frecuenten las dos parroquias dentro del Vaticano.
Seguramente, el intento del Papa es poner orden en casa, para inspirar a sus obispos en el mundo siguiendo parámetros internacionales.
Cabe destacar que tras la publicación de estos documentos, la Congregación para la Doctrina de la Fe está preparando un vademécum anti-abusos dirigido a la Iglesia universal.
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Carta Apostólica (Motu Propio) sobre la protección de los menores y de las personas vulnerables
“Informar a las autoridades competentes y cooperar con ellas en las actividades de prevención y de contraste”, escribe el Papa en Motu Propio. Definitivo acto de responsabilidad y que admite un claro principio de crear una mayor conciencia respecto al pasado.
“El hecho de que el Papa también haya decidido firmar personalmente la Ley CCXCVII y las Directrices, textos que en sí mismos podrían haber sido promulgados por la Comisión de Estado y por el Vicario de la Ciudad del Vaticano respectivamente, es para indicar el valor que quiere dar a estas reglas”, escribió Andrea Tornielli, director editorial de los medios vaticanos, quien explicó que el Motu Propio es el único de los tres documentos en los que era indispensable la firma papal.
Ley (N. CCXCVII) sobre la protección dentro del Estado de la Ciudad del Vaticano
¿Quiénes son los adultos vulnerables? En la ley (N. CCXCVII) -el primer documento de los tres-, Francisco define que “es vulnerable toda persona en estado de enfermedad, deficiencia física o mental o privación de la libertad personal que, de hecho, incluso ocasionalmente, limite la capacidad de comprender o de querer o de resistirse a quien le ofende”.
A partir de ahora, los abusos sexuales, pero también los maltratos serán perseguidos directamente de oficio, aun faltando la denuncia de la víctima.
Además se introdujo la prescripción de veinte años que inicia en el caso de “ofensa a un menor, a partir del cumplimiento de sus 18 años de edad”. La diferencia es que antes la prescripción era de 4 años después de cometido el crimen, explica el editorial vaticano.
La nueva ley obliga a denunciar los abusos. Si no, el público oficial enfrentará una sanción por omitir o no señalar a la autoridad judicial vaticana los hechos que ha venido a saber. La única excepción es la inviolabilidad del secreto de confesión.
Es decir, que todos aquellos que en el Estado y en la Curia Romana, también el personal diplomático en las nunciaturas, tengan un papel oficial están obligados a denunciar los abusos. Por el contrario, serán sancionados.
Líneas guía para la protección de los menores y de las personas vulnerables para el Vicariato de la Ciudad del Vaticano.
La Gobernación, dentro del Departamento vaticana de Salud e Higiene, prestará un servicio de acompañamiento para las víctimas de abuso, que será coordinado por un experto calificado.
Por lo tanto, las víctimas tendrán a alguien a quien acudir en busca de ayuda, para recibir asistencia médica y psicológica, para que conozcan sus derechos y cómo hacerlos cumplir.
Asimismo, los empleados de la Gobernación y de la Curia romana que aspiren a ser contratados deberán pasar por pruebas de idoneidad para saber si son capaces de interactuar con los menores.
Las líneas guía en el Vaticano a nivel de impacto en los menores no tienen parangón con la situación de las conferencias episcopales en el mundo.
Como ya mencionamos, los niños presentes en el Vaticano son pocos. Y dentro de los muros leoninos no nacen más niños, respecto a los años sesenta.
Según datos de abril de 2017, 605 son los ciudadanos adultos, de los cuales 439 viven en el Estado a Ciudad del Vaticano y 199 son residentes.
Entre los ciudadanos se cuentan apenas 26 laicos, sin contar 105 militares, y 36 laicas, en total 62 que incluye a las esposas, hijos e hijas de los guardias suizos, además de 6 hombres y 16 mujeres residentes pero sin ciudadanía.
Así, las líneas guía están dirigidas a los sacerdotes, diáconos y educadores del Presio San Pio X, a los canónigos, a los párrocos y a los coadjutores de las dos parroquias del Vaticano, a los religiosos y religiosas que viven dentro de los muros leoninos, así como a “todos los que trabajan en cualquier cargo, individuales o asociados, dentro de la comunidad eclesial del Vicariato de la Ciudad del Vaticano”.
Los clérigos que trabajan en el vaticano deben “ser siempre visibles para los demás cuando estén en presencia de menores”, pues queda prohibido “establecer una relación preferencial con un solo menor, dirigirse a un menor de forma ofensiva o adoptar conductas inapropiadas o sexualmente alusivas, pedir a un menor que guarde un secreto, fotografiar o filmar a un menor de edad sin el consentimiento escrito de sus padres”, entre otras disposiciones.
“El Santo Padre desea que – también gracias a estas normas que conciernen al Estado de la Ciudad del Vaticano y la Curia Romana– madure en todos la conciencia que la Iglesia deba ser cada vez más una casa segura para los niños y las personas vulnerables”, comentó Alessandro Gisotti, director interino de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.