Desde el Santuario de Loreto donde la tradición venera la Santa Casa de la Virgen María, el Papa firmó y encomendó a la intercesión de la Madre de Dios la carta post sinodal sobre la juventud: “Vive Cristo, esperanza nuestra”. Además clamó por la defensa de la familia y de los más débiles de la colonización ideológica y de la cultura del descarte“La casa de María es también el hogar de la familia. En la delicada situación del mundo actual, la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer asume una importancia y una misión esenciales”, dijo el papa Francisco desde el santuario mariano de Loreto este lunes 25 de marzo de 2019.
“Es necesario redescubrir el plan trazado por Dios para la familia, reafirmar su grandeza e insustituibilidad al servicio de la vida y de la sociedad”, añadió.
Francisco se trasladó desde el Vaticano, en la mañana, hasta el Santuario Mariano de Loreto, ubicado en la homónima ciudad, en medio de los campos de las Marcas, Ancona, centro-este de Italia, donde se conserva y se venera la Santa Casa de la Virgen María.
Tras la misa, el Papa saludó a los 10.000 fieles presentes, según los organizadores, en la plaza fuera del Santuario reunidos también para rezar juntos el ángelus y escuchar los saludos de Fabio Dal Cin, arzobispo de Loreto.
“En la casa de Nazaret, María vivió la multiplicidad de relaciones familiares como hija, novia, novia y madre. Por esta razón, cada familia, con sus diversos miembros, recibe una bienvenida aquí, una inspiración para vivir su identidad”, expresó.
La Casa de María, como hogar de las familias, de los jóvenes, de los ancianos, los enfermos, los niños. Por ello, instó a rehuir de la ‘cultura del descarte’ y de la ‘colonización ideológica’.
“La experiencia doméstica de la Virgen Santa indica que la familia y los jóvenes no pueden ser dos sectores paralelos del cuidado pastoral de nuestras comunidades, sino que deben estar estrechamente unidos, porque muy a menudo los jóvenes son lo que una familia les ha dado durante el periodo de crecimiento”.
Así, Francisco aseguró que esta perspectiva da unidad al ministerio vocacional que es expresión del rostro de Jesús bajo diversos aspectos: “como sacerdote, novio y pastor”.
Entretanto, animó a la Iglesia para que Loreto sea un lugar de renacimiento para la pastoral con los jóvenes y la familia, al mismo tiempo que pidió el Centro Juan Pablo II para la Juventud para que siga trabajando y organizando actividades para ayudar a los jóvenes en su discernimiento vocacional.
Firma de la exhortación
Allí en este lugar, al final de la misa que celebró en el altar bajo la escrita: ‘Hic Verbum caro factum est’ (aquí la Palabra se hizo carne, en latín), el papa Francisco firmó la Exhortación apostólica post sinodal, titulada: “Vive Cristo, esperanza nuestra”, escrita en forma de Carta dirigida a los Jóvenes del mundo.
Un gesto para encomendar a la intercesión de la ‘Madre de Dios’ una carta papal que habla a los jóvenes sobre la fe, el discernimiento y la vocación en nuestras días. El Papa entregó una rosa de oro a la Virgen de Loreto.
La misa ha sido celebrada con austeridad en el estrecho espacio del lugar considerado una de las obras más valiosas del templo mariano, es decir, el revestimiento de mármol que envuelve las paredes de la Santa Casa, edificado por voluntad de Julio II y realizado a partir del proyecto de Bramante (1507).
Se trata de un lugar sagrado, donde según una tradición antigua, hoy corroborada por investigaciones históricas y arqueológicas, la Santa Casa es la casa de Nazaret en la que nació María, en la que fue educada y en la que tuvo lugar la Anunciación.
La gruta se venera en Nazaret, en la Basílica de la Anunciación, mientras que las tres paredes de piedra fueron transportadas, según la tradición en 1291, cuando los cruzados fueron expulsados de Palestina, en un primer momento a iliria y posteriormente a Loreto (1294).
Varios documentos y excavaciones arqueológicas han confirmado la hipótesis de que las paredes de la Santa Casa han sido transportadas a Loreto en un barco, iniciativa de la familia noble Angeli, que reinaba en Epiro.
El santuario ha sido visitado por casi 200 santos y beatos y por numerosos papas, entre ellos Juan Pablo, que lo indicó como un lugar insigne de la fe católica.
En el Santuario, el papa Francisco saludó a la comunidad de frailes capuchinos en la sacristía y, sucesivamente, a los enfermos presentes en la celebración, igualmente tuvo un momento especial con un grupo de personas sordo mudas y se detuvo varios minutos para bendecir a los niños con discapacidad.
La Exhortación apostólica post sinodal: “Vive Cristo, esperanza nuestra”, es el sexto gran documento magisterial de Francisco, después de sus encíclicas ‘Lumen Fidei’, escrita a cuatro manos con Benedicto XVI, y ‘Laudato si’, además de las tres exhortaciones apostólicas: ’Evangelii Gaudium’, ‘Amoris Laetitia’ y ‘Gaudete et exsultate’.
Tras el Sínodo pasado, el papa Francisco tenía la potestad de decir que hacer con los 167 puntos del texto dividido en tres partes y doce capítulos de sesenta páginas.