En el continente americano, el “nuevo mundo”, las cosas para la democracia, la independencia de los medios de comunicación y la libertad de expresión, no ruedan muy bien. Es más: ruedan muy mal
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Así lo confirma la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su Informe Anual respecto a la situación de la libertad de expresión en el continente americano durante 2018.
En América (no confundir solamente con Estados Unidos) “persisten patrones de violencia y estigmatización contra la prensa, en varios Estados de la región; preocupa la represión y criminalización de las protestas sociales y la persecución a periodistas y voces críticas”, resume el Informe 2018.
Violencia y hostigamiento
Factor muy preocupante es el recrudecimiento de la violencia contra periodistas por motivos relacionados con la labor que desempeñan. Al menos 31 periodistas y trabajadores de la prensa fueron asesinados en la región durante 2018 por motivos vinculados con el ejercicio periodístico.
Este número de muerte –además de ser un atentado directo al corazón de la democracia y de la libertad de expresión que la sustenta– representa un incremento de nueves crímenes con respecto al 2017, cuando el continente vio caer a 22 periodistas.
En 2018, el norte, el centro y el sur del continente registraron asesinatos de comunicadores. La lista incluye a Estados Unidos y México en América del Norte; Guatemala y Nicaragua en América Central y Colombia y Brasil en América del Sur. En esta lista negra México sigue a la cabeza con 12 asesinatos de periodistas en 2018 (cuatro en lo que va de 2019).
Ataques articulados
“Estos crímenes –dice el Informe– demuestran la persistencia de patrones de violencia en varios estados de la región, mientras que en otros se han acentuado frente a contextos políticos cada vez más polarizados y que han deteriorado de manera seria el entorno en el cual los y las periodistas desempeñan sus labores”.
Hay, también, casos de periodistas “desaparecidos”. Por lo menos dos: uno en Haití y otro en México y en varios países, continúan los actos de violencia, agresión, amenaza, intimidación y diversos tipos de hostigamientos contra periodistas y medios de comunicación.
Por lo demás, y esto es importante, la Relatoría Especial subraya que sólo en Venezuela, Cuba y Nicaragua “se constató un ataque articulado desde el Estado hacia periodistas, medios de comunicación y opositores”.
En esos Estados “se verifican distintas formas de censura de medios nacionales y extranjeros, detenciones arbitrarias a periodistas y defensores de derechos humanos, así como distintas formas de bloqueos de sitios en internet”, según el Informe 2018.
Focos rojos e impunidad
Otros focos rojos que encontró la Relatoría durante 2018 en el continente americano fueron la estigmatización de la prensa independiente; el riesgo que deben enfrentar los periodistas por las labores que desempeñan; la tendencia de impunidad que se registra en varios países de la región respecto de estos ataques y el descrédito proferido a periodistas por parte de altas autoridades.
“Pese a las reiteradas recomendaciones por parte de la CIDH y su Relatoría Especial, altas autoridades siguen manteniendo discursos que buscan descalificar y menoscabar la labor periodística de algunos comunicadores, medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales por motivos vinculados con el ejercicio y defensa del derecho a la libertad de expresión”, señala el Informe 2018.
Esta práctica destaca en Venezuela con Nicolás Maduro; en Nicaragua con Daniel Ortega; en Cuba con la secuela del castrismo Cuba, pero también en Estados Unidos, con Donald Trump, y en Brasil, con Jair Bolsonaro.