San Mel de Ardagh llegó a Irlanda con su tío y ayudó a establecer el cristianismo en la isla
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Cuando San Patricio regresó a Irlanda después de ser ordenado obispo, no llegaba solo. En efecto, san Patricio se embarcó en su viaje misionero con varios de sus sobrinos, que fueron criados por su santa hermana Darerca.
Uno de sus sobrinos se llamaba Mel y viajó con san Patricio por el interior de Irlanda predicando el Evangelio de Jesucristo a cualquiera que quisiera escucharle. Cuando san Patricio fundó una iglesia en Ardagh, ordenó a Mel obispo local.
Se dice que Mel era un obispo generoso, que había trabajos manuales para sostener su ministerio y que daba todo lo que tenía a los pobres de la comunidad.
Además de ser obispo, Mel era también abad de un monasterio adjunto a Ardagh. Allí fue donde Mel recibió a santa Brígida aunque hizo sus votos religiosos antes que él. Mel le transfirió poderes, haciéndola abadesa pero dando autoridad eclesiástica a los obispos locales al mismo tiempo.
Mel murió en el año 488 dejando un floreciente monasterio y diócesis que se convertiría en uno de los más influyentes de Irlanda. Poco después de su muerte Mel fue recordado como un santo por la gente local por su auténtico testimonio de fe cristiana.
Su ministerio fue esencial para el desarrollo del cristianismo en Irlanda, el aprendizaje de su tío de cómo llevar a la gente a Jesucristo.
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