Para muchos, amar a todos los miembros de la familia es un gran desafío
La temporada de vacaciones es una época de reuniones familiares, lo que, para mucha gente, puede ser un gran desafío.
Además, si vas a un encuentro de parientes imaginando que terminará mal como la última vez, te estarás preparando para una profecía auto realizable. En lugar de eso, prepara tu mente para encarar tranquilamente a esos parientes con los que la relación es difícil por el motivo que sea. Dirígete a Dios y pide su ayuda y paz…
Padre celestial, gracias por mi familia. Gracias por cada momento bueno y pacífico que he tenido con ella. Yo elijo entregar los momentos dolorosos e irritantes en tus manos, pues tu juicio es más justo y sabio que el mío. Al acercarse el día [día, visita, reunión, fiesta etc.], pido las gracias de la humildad, bondad, caridad, autocontrol y autoconfianza. Pido estar enraizado en ti, Padre, y que recuerde que soy visto, conocido y amado por ti. Tú, Señor, me das todo lo que necesito. Confiando en esto, me entrego a tu voluntad y providencia amorosa. Yo rezo para que, aunque no podamos curar completamente nuestras relaciones, avancemos con respeto y compasión mútuos. Además, aunque no reciba el respeto y la compasión que deseo, nunca dejaré de intentar amar a los demás lo más que pueda, confiando que mi necesidad de amor está colmada por ti, mi Dios. Te lo pido en nombre de Jesús. Amén.