En la audiencia general del miércoles de cenizas, el Papa centra su meditación en la segunda invocación del Padre nuestro: “Venga a nosotros tu Reino”Al inicio de la Cuaresma, el papa Francisco aseguró que la conversión, transformar los corazones y el mundo, es signo de esperanza y de la cercanía de Dios.
“Jesús no hace proselitismo, anuncia simplemente”, dijo el Papa durante la audiencia general del miércoles 6 de marzo de 2019, en la Plaza de San Pedro. “No es con la violencia que se instaura el Reino en el mundo: su estilo de propagación es la mansedumbre”.
Así, citó el Evangelio, en el que Jesús anuncia que el “tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca. Renuncien a su mal camino y crean en la Buena Nueva” (Mc 1, 15).
En su predicación, explicó que Jesús no quiere presionar a las personas para que se conviertan al sembrar el temor del juicio inminente de Dios o el sentimiento de culpa por el mal cometido.
Francisco sostuvo que es una invitación a creer en el evangelio. “Estas palabras no son una amenaza en absoluto, por el contrario, son un anuncio feliz, un mensaje de alegría”.
“La señoría de Dios se hace cercana a sus hijos y Jesús anuncia esta cosa maravillosa, esta gracia. Dios, el Padre, nos ama y está cerca”.
Francisco centró su meditación en la segunda invocación del Padre nuestro: “Venga a nosotros tu Reino”.
“Jesús ya desde el comienzo de su misión anunciaba la llegada del Reino, y animaba a la gente a convertirse para acoger en sus vidas la Buena Noticia de la salvación”.
“Cuando en un mundo tan marcado por el pecado y el sufrimiento rezamos con la expresión “venga a nosotros tu Reino”, le pedimos a Dios que no se aleje de nosotros, que lo necesitamos”.
En sus parábolas, Jesús enseñó que el Reino de Dios crece y se propaga con paciencia y mansedumbre. Que a pesar de tener una apariencia humilde, como un grano de mostaza o un poco de levadura, lleva dentro una fuerza capaz de transformar los corazones y el mundo.
Estas parábolas manifiestan también el misterio de Cristo, de su muerte y resurrección. Él es como el grano de trigo que cae en tierra y muere para dar mucho fruto.
Así, cuando decimos en el Padrenuestro “venga a nosotros tu Reino”, nuestro corazón se llena de luz con la esperanza de Cristo que viene a nuestro encuentro”, expresó.
En esta predicación, continuó el ciclo de catequesis sobre el Padrenuestro, siguiendo el Evangelio según Mateo (13, 31-32).
“¡Que venga tu reino!”. Sembremos esta palabra en medio de nuestros pecados y fracasos, instó el Papa.
Animó a regalar estas palabras del Padrenuestro “a las personas que están derrotadas o doblegadas por la vida, a las que han saboreado más odio que amor, a las que han vivido días inútiles sin haber entendido nunca por qué”.
Regalar la esperanza de que el Reino vendrá “a los que han luchado por la justicia, a todos los mártires de la historia, a los que han llegado a la conclusión de que han luchado por nada y de que el mal domina este mundo”.
El Papa saludó a los peregrinos, en particular a los participantes en el “Encuentro Mundial de Transportistas y Empresarios, sobre Cambio climático, Tráfico humano, Tecnología y Transporte”, organizado por la Academia Pontificia de las Ciencias sociales”
Francisco instó a que “el estudio de Laudato si’ les ayude a dar pasos significativos de justicia y solidaridad”.
“Y a todos les deseo un feliz comienzo del tiempo de Cuaresma, tiempo de conversión y de misericordia: que la oración, la limosna y el ayuno nos ayuden a renovar nuestra vida cristiana, participando en la Pascua del Señor”.
La audiencia general concluyó con el canto del Padrenuestro y la Bendición Apostólica.