Homilía hoy en Casa Santa Marta: 5 minutos para no aplazar el cambio de corazón
Detenerse, ser consciente de los propios errores, saber que el final puede llegar de un momento a otro y no vivir repitiendo que la compasión de Dios es infinita: una justificación para hacer lo que uno quiere. El papa Francisco, en la homilía de la Misa hoy en Casa Santa Marta, recoge los “consejos” contenidos en el Libro del Eclesiástico y exhorta a cambiar el corazón, a convertirse al Señor.
“La sabiduría es algo de todos los días”, subraya Francisco, nace de la reflexión sobre la vida y del pararse a pensar en cómo se ha vivido. Viene de escuchar las sugerencias, como la del Eclesiástico, que parecen las indicaciones “de un padre a un hijo, de un abuelo a un nieto”.
No sigas tu instinto, tu fuerza, secundando las pasiones de tu corazón. Todos tenemos pasiones. Pero estáte atento, domina las pasiones. Tómalas de la mano, las pasiones no son cosas malas, son, digámoslo así, la “sangre” para llevar a cabo muchas cosas buenas, pero si no eres capaz de dominar tus pasiones, serán ellas las que te dominen. Deténte, deténte.
El Papa insiste en la relatividad de la vida. Cita el versículo de un salmo que dice: “Ayer pasé – dice Francisco – y vi a un hombre; hoy he vuelto y ya no estaba”.
No somos eternos – subraya el Pontífice – no podemos hacer lo que nos da la gana, confiando en la misericordia infinita de Dios.
No seas tan temerario, tan atrevido que creas que te apañas. “Ah, me he apañado hasta ahora, lo conseguiré…”. No. Te has apañado, sí, pero ahora no lo sabes… No digas: “La compasión de Dios es grande, me perdonará mis muchos pecados”, y así sigo haciendo lo que quiero. No hagas así. Es el último consejo de este padre, de este “abuelo”: “No esperes a convertirte al Señor”, no esperes a convertirte, a cambiar de vida, a perfeccionar tu vida, a quitar de ti la mala hierba, todos tenemos, quítala… “No esperes a convertirte al Señor y no aplaces de un día a otro porque de repente estallará la ira del Señor”.
“No esperes a convertirte”: es la invitación del Papa que exhorta a no aplazar el cambio de la propia vida, a tocar con la mano los fracasos y los fallos que todos tenemos, a no asustarnos pero a ser más capaces de dominar lo que nos apasiona.
Hagamos este pequeño examen de conciencia, para convertirnos al Señor: “Mañana intentaré que esto no suceda más”. Sucederá quizás, pero has conseguido gobernar tú tus pasiones y no ser gobernado por ellas, por las cosas que nos pasan, porque ninguno de nosotros sabe cómo y cuándo terminará la propia vida. Estos 5 minutos al final de la jornada nos ayudarán, nos ayudarán mucho a pensar y a no aplazar el cambio del corazón y la conversión al Señor. Que el Señor nos enseñe con su sabiduría a ir por este camino.