Un aborto espontáneo es devastador para los padres. La pérdida causa un dolor físico, espiritual y moral al que toma tiempo sobreponerse. Si hay niños en la familia hay que estar pendientes también de su dolor acompañarles en estos momentos: ellos también extrañan al hermano que nunca llegó y al que esperaban con ilusión.Durante quince años, “el luto perinatal está saliendo gradualmente de la conspiración del silencio”, dice Isabelle de Mézerac, presidenta y fundadora de Spama, una asociación miembro de la Sociedad Francesa de Acompañamiento y Cuidados Paliativos, que apoya a familias que han perdido un hijo en gestación. Pero si los padres están cada vez mejor acompañados, parece que los olvidados de este camino son los hermanos.
Es por este motivo que la asociación Spama ha diseñado un libro, La vida de Gabriel o la historia de una pluma bebé, y un libro de dibujo, diseñados para liberar la expresión del niño en torno a la muerte de un hermanito o hermanita.
Estos recursos sirven para ayudar al niño a sacar de dentro sus sentimientos y emociones al respecto, y esta organización ha pensado no sólo en lo que le decimos a los niños sino en lo que ellos tienen que decir. Existen organizaciones en el mundo que también realizan este tipo de acompañamiento a las familias: Era en abril (Latinoamérica), o Umamanita (España), cuentan con innumerables recursos de apoyo para las familias que han pasado por este doloroso proceso.
Pero, ¿cómo ayudar a los niños a enfrentarse al dolor de la pérdida de un hermano que no llegaron a conocer?
Algunos consejos a continuación:
- Sé siempre sincero: ignorar el tema o tratar de pasarlo por desapercibido puede generar en ellos peores reacciones. Siempre hay que tratar de explicarles, a su nivel, lo que ocurrió, e incluso hablar de las emociones propias ante lo sucedido. Ellos deben saber que esta bien sentir tristeza o rabia y que estamos allí para acompañarlos en el proceso.
- Responde sus preguntas: seguramente tendrá preguntas como ¿dónde fue el bebé? o ¿va a volver? Es importante responder a sus preguntas de la manera más clara honesta posible. Sin recurrir a tecnicismos ni hacer muy complicadas las respuestas. Si tenemos fe es un buen momento para hablarles del cielo y de la vida sobrenatural.
- No ignores lo sucedido: un mecanismo de defensa es olvidarse de lo que pasó y no hablar de ello. Esto manda un mensaje errado a los niños. Ellos deben recordar que su hermanito exisitió y que siempre será querido por todos. Tener un objeto que nos recuerde de su presencia puede ser eficaz al momento de tenerlo siempre presente en la familia.
- No te asustes si pasa a ser un tema recurrente: el niño en su búsqueda de comprensión volverá a sacar el tema una y otra vez en muchas ocasiones. Déjalo expresarse y preguntar cuantas veces necesite. Poco a poco mientras vaya comprendiendo o asimilándolo las preguntas irán disminuyendo.
- Ayúdalo a expresarse: Es importante permitirles expresarse sobre lo sucedido. Puede ser a través del dibujo, la música o simplemente la conversación. Anima a tu hijo a expresar sus sentimientos con libertad y muestra mucha comprensión ante estas expresiones. El psiquiatra infantil Guy Cordier insiste en la necesidad de explicar, de hablar, de aliviar la culpa: “Cuanto más rápido se le permite expresar lo que piensa, y cómo se siente, más rápido evitará que el sentimiento de culpa persista de manera oculta, con todas las consecuencias que esa culpa puede generar. ¡Expresar tus sentimientos sin ser juzgado es lo que más te alivia! Y debemos recordar que un sentimiento no es ni bueno ni malo, ¡un sentimiento no tiene valor moral! “
Ayudar a un niño a hacer frente a esta situación significa darles los medios para pasar la prueba con sus padres, para poder expresar libremente sus emociones para que puedan mantener su confianza en sí mismos y en sus vidas.