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El Papa aprueba el milagro del Beato Newman

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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 13/02/19
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El Pontífice autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar los Decretos relativos a otro milagro atribuido a la intercesión de la beata  Chiramel MankidiyanEl papa Francisco aprobó los decretos relativos al milagro atribuido a la intercesión del Beato John Henry Newman, cardenal de la Iglesia Católica, Fundador del Oratorio de San Felipe Neri en Inglaterra; nació en Londres, el 21 de febrero de 1801 y murió en Edgbaston, el 11 de agosto de 1890. Se trata del segundo milagro y se cumple así con los requisitos para la canonización del converso victoriano.

La Oficina de prensa de la Santa Sede informó que este 12 de febrero de 2019, el Pontífice recibió en audiencia al cardenal Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Así, el Papa autorizó a la misma Congregación a promulgar los Decretos relativos a otro milagro: el atribuido a la intercesión de la beata María Teresa Chiramel Mankidiyan, fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia; nació en Puthenchira (India) el 26 de abril de 1876 y murió en Kuzhikkattussery (India) el 8 de junio de 1926.

Aunque todavía se han hecho públicos pocos detalles, se supone que en el caso del milagro del cardenal beatificado por Benedicto XVI en 2010, está involucrada una madre católica que  —tras pedir en sus oraciones por la intercesión de Newman— fue aliviada de una condición de salud que ponía en peligro su embarazo y su propia vida. Sus médicos han declarado a los investigadores que no pueden encontrar ninguna explicación a su sanación, que fue repentina y desafiaba los razonamientos médicos.

Newman falleció en 1890 y la documentación inicial para su causa fue enviada a Roma 68 años después, en 1958, y su beatificación se celebró en 2010 por el papa Benedicto XVI, durante su viaje apostólico al Reino Unido. “El lema del Cardenal Newman, cor ad cor loquitur, “el corazón habla al corazón”, nos da la perspectiva de su comprensión de la vida cristiana como una llamada a la santidad, experimentada como el deseo profundo del corazón humano de entrar en comunión íntima con el Corazón de Dios”, recordó.

El hasta ahora beato es ya patrono de la Prelatura personal de Nuestra Señora de Walsingham y, al ser canonizado será considerado el santo patrono de los conversos al catolicismo. Como antiguo sacerdote de la Iglesia de Inglaterra (y habiendo albergado, como confesó, una perspectiva muy negativa del catolicismo romano), la conversión de Newman comenzó mientras estudiaba a los primeros Padres de la Iglesia.

En octubre de 1845, fue incorporado a la Iglesia por un sacerdote pasionista, el beato Dominic Barbieri. Más tarde se ordenó como sacerdote católico en Roma, donde se unió a la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri, para luego volver a Inglaterra y fundar lo que ha terminado por conocerse como el Oratorio de Birmingham.

El Beato John Henry será recordado también por sus intuiciones sobre la relación entre fe y razón y la educación, su aporte en formar el ethos que influenció las escuelas y facultades católicas actuales.

Los profesores de religión le deben mucho: “Quiero un laicado que no sea arrogante ni imprudente a la hora de hablar, ni alborotador, sino hombres que conozcan bien su religión, que profundicen en ella, que sepan bien dónde están, que sepan qué tienen y qué no tienen, que conozcan su credo a tal punto que puedan dar cuentas de él, que conozcan tan bien la historia que puedan defenderla”. 

Además, reivindicaba la humanidad de los sacerdotes, recordó Benedicto XVI citando las palabras de Newman: “Si vuestros sacerdotes fueran ángeles, hermanos míos, ellos no podrían compartir con vosotros el dolor, sintonizar con vosotros, no podrían haber tenido compasión de vosotros, sentir ternura por vosotros y ser indulgentes con vosotros, como nosotros podemos; ellos no podrían ser ni modelos ni guías, y no te habrían llevado de tu hombre viejo a la vida nueva, como ellos, que vienen de entre nosotros”.

El día de su beatificación, Benedicto XVI, pidió rezar a los fieles presentes en el Cofton Park de Rednal – Birmingham, el domingo 19 de septiembre de 2010, una oración del Beato John Henry Newman, que dijo “puso en labios del coro celestial de los ángeles”:

“Sea alabado el Santísimo en el cielo,

sea alabado en el abismo;

en todas sus palabras el más maravilloso,

el más seguro en todos sus caminos”.

(El Sueño de Gerontius)

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