Personas de todas las edades se abrazaron en San José de Panamá, entre sonrisas y lágrimas, a muy poco de participar en la Jornada Mundial de la Juventud. La conmovedora eucaristía permitió el reencuentro de miles de venezolanos en Centroamérica en espera del Papa
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“Esto ha sido milagro tras milagro. Llegar a Panamá también fue un milagro porque me regalaron el pasaje. Entonces, es impresionante vivir en carne propia cómo Dios va actuando en medio de nuestras limitaciones, en medio de nuestra pobreza y de nuestra debilidad. Se cumple la palabra bíblica de que en la debilidad está la fuerza”.
Con este mensaje saludó Ana Gabriela Ortega a la audiencia internacional de Aleteia minutos antes de entrar a la misa donde se encontraron decenas de misioneros, universitarios, familiares y amigos, como parte del cierre de preparación espiritual para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2019.
La eucaristía, que arrancó lágrimas y sonrisas, fundió en abrazos a la comunidad de venezolanos en Panamá, que durante la mañana del martes 22 de enero se reunieron ante el Santísimo en un festivo banquete eucarístico, organizado en la capital panameña, en la Iglesia Nuestra Señora de Lourdes.
“Logramos superar muchas pruebas”
“Hemos superado muchas pruebas de paciencia, de ánimo sobre todo; muchas cosas como para una molestarse o sentirse mal, pero también hemos sabido reconocer que es el demonio el que está moviendo la cola. Cuando descubres que es eso y lo resuelves inmediatamente con la oración, es maravilloso descubrir cómo mejora tu ánimo en medio de todo lo que para uno parece que está un poquito chueco o complicado”, dijo Ortega.
Ingeniera de profesión y misionera universitaria, Ana Gabriela fue durante años una de las organizadoras de los grupos de estudiantes venezolanos que partían desde las regiones de frontera hacia los países que servían de sede para la JMJ.
Junto a Dayana Parra, Misley Sánchez, Alexander Antonio y un amplio grupo de muchachos tachirenses desarrollaban sanas actividades en las que motivaban la participación en estos eventos internacionales, como una oportunidad de crecer en la fe e intercambiar experiencias desde el punto de vista pastoral.
No obstante, la crisis humanitaria compleja que afrontan los venezolanos llevó a que el grupo se desperdigara por el mundo. Y la JMJ de Panamá, además de tener acento en el sabor latino, ha sido una oportunidad para el reencuentro.
“¡Dios es lo máximo!”
“Estamos recibiendo en una parroquia a peregrinos de Malasia. ¡Dios es lo máximo!”, dijo conmovida y agregó: “Mi vida diaria es correr, caminar y sudar. Estoy llegando a una Misa, en Nuestra Señora de Lourdes, en la Curia, en la capital. Es una Iglesia muy bonita. Donde me estoy quedando, en carro es cerca, pero caminando es lejísimos. Es la Misa de la comunidad venezolana en Panamá. Hay gente de todas las edades”.
“La experiencia es muy buena, muy grata, maravillosa. He compartido con panameños sumamente atentos, muy amigos. No me he llevado ninguna mala experiencia. Veo caras conocidas. ¡Muchísimas!”, cuenta emocionada mientras de fondo se escuchan los gritos de un eufórico: “¡Bienvenidos!”.
“Los brasileros son lo máximo, lo más fino de lo más fino. Nos han tratado demasiado bien. Estamos integrados a las diversas actividades, en espera de la misa central del arzobispo, cuando falta tan poco para la JMJ… Es un sueño hecho realidad y damos gracias a Dios por ello”.
Encuentro mundial con Indulgencia Plenaria
La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Panamá 2019 se celebrará del 22 al 27 de enero, dando inicio con la Misa de apertura el día 22. El 23 de espera la llegada del Papa Francisco.
Los jóvenes participantes podrán obtener indulgencia plenaria al rezar ante la imagen peregrina original de la Virgen de Fátima, que ya se encuentra en la nación centroamericana. Naturalmente, deberán cumplir con las condiciones habituales: confesarse, participar de la Misa y comulgar, además de rezar por las intenciones del Santo Padre.
El Pontífice se trasladará haciendo uso de un papamóvil diseñado en Panamá como una contribución de las empresas Distribuidora David, que donó el auto, y Tri-Star Centroamérica, encargada de la confección.
“Evento histórico para los panameños”
Se trata de una camioneta Ford Ranger XLT, doble cabina, de transmisión automática, con todas las especificaciones solicitadas por el Vaticano para la seguridad del Santo Padre.
Aunque como dato curioso, también se cuenta con el vehículo usado por el Papa Francisco en Colombia durante su visita.
El presidente del país anfitrión, Juan Carlos Varela, calificó a la JMJ como un “evento histórico para todos los panameños, al tiempo que llamó a “disfrutarlo”. La nación está lista para recibir a más de 250 mil peregrinos de 165 países.