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¿Cómo hablar de cáncer a los niños?

GRANDMA
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María Reales - publicado el 24/01/19
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¿Cuántas veces nos hemos visto en la tesitura de tener que responder a preguntas que nos formulan nuestros hijos  y sentimos que no estamos preparados o no sabemos qué o cómo responder? En ocasiones ni preguntan. Hay miradas que hablan por sí solas. “Una visita inesperada en mi familia” es el título de un cuento que nos ayudará a  explicar el cáncer de un ser querido a un niño. Los niños tienen que saber que la enfermedad y la muerte llegan de manera inesperada. 

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Victoria tenía 4 años y estaba acostumbrada a ver a sus abuelos con asiduidad.  De repente se produjo una ausencia inexplicable. Se terminaron las meriendas y los paseos al parque con sus queridos abuelos. ¿Por qué?¿Me porté mal y ya no me quieren? Esta es la pregunta qué se hacen los niños cuando perciben qué algo sucede y no alcanzan a comprender la razón de lo que está pasando en su vida. Sienten que algo “raro” sucede y si no saben qué pasa. Creen que el motivo tiene que ver con algo que ellos han hecho o dicho, lo cual incrementa su sentimiento de culpa y malestar. Como Victoria, cada día muchos niños ven alterada su relación y su rutina afectiva con algún ser querido que “desaparece” o les abandona, sin previo aviso ni explicación. 

La muerte o una enfermedad como el cáncer serían dos ejemplos claros que provocan este tipo de situaciones familiares. ¿Por qué nos da miedo hablar de estos temas con los niños?  ¿Por qué  muchos padres entran en pánico cuándo piensan en comunicar a los más pequeños que su abuela/o, su tío/a, su primo/a, su hermana/o, su padre o su madre tiene una enfermedad grave, ha fallecido o ha tenido un accidente? 

Una reacción típica es optar por aplicar la ley del silencio, algo así como, “aquí no pasa nada”. Y el efecto que produce esta actitud es totalmente el contrario. Según los expertos, los niños de 3 a 10 años son egocéntricos y piensan que el mundo se mueve por sus acciones y no tienen la madurez para entender determinadas situaciones. Para entender y asimilar cualquier situación necesitan  que un adulto les de una explicación comprensible y adecuada a su edad sobre estas cuestiones: un diagnóstico de cáncer por ejemplo. Si se omite esta parte, lo más normal es que se sientan responsables. 

Aunque cueste de creer,  el día a día provoca que vivamos un poco ajenos al hecho incuestionable de que vamos a morir y de vez en cuando, de “manera inesperada” la vida nos plantea situaciones adversas, como una enfermedad o un accidente,  con las que hay que lidiar.

Algunas personas son más propensas que otras a negar la expresión de estas emociones negativas pero la realidad se acaba imponiendo y, con ella, la necesidad de comunicarlas y afrontarlas. Para ayudar en esta delicada misión para los familiares de los niños existen libros como el cuento que acaba de publicar la  (Editorial Sentir)“Una visita inesperada en mi familia”. Esta obra de Mónica Fraca Villar con ilustraciones de Mª Jesús Santos Heredero ayudará a hablar con los niños sobre el cáncer y a explicarles palabras difíciles como enfermedad, tumor, radioterapia, quimioterapia, leucemia, oncología, investigación, tratamiento… muerte.

Este recurso pedagógico facilitará esta difícil tarea para los padres que deban explicar a sus hijos que un ser querido sufre esta terrible enfermedad. Y es que es importante reconocer que el cáncer sigue estando asociada a muerte anunciada.

Mónica Fraca, psicooncóloga, afirma que “muchas veces pensamos que los niños no se enteran de lo qué ocurre y no es verdad. Puede que no sepan exactamente qué es lo que está pasando, pero si algo sucede a su alrededor son capaces de percibirlo”.  Además, prosigue, ellos tienen derecho a saber la verdad. Una verdad adaptada a la edad y al lenguaje, intentando transmitirles qué es lo que sucede a su alrededor” y tengan la oportunidad de hacer preguntas sobre todo aquello que necesiten saber.

Desterremos la idea de que no hablarlo significa “esto no está pasando”.  Los padres y adultos tenemos la responsabilidad de cuidar y proteger a nuestros menores y una forma de hacerlo es hablar con ellos sobre lo todo lo que ocurre a su alrededor. Forma parte del proceso de aprendizaje de la vida. 


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¿Se debe siempre decir la verdad a un niño?

Los expertos opinan que sí. Siempre.  Según la autora, “creo que debemos dar naturalidad al tema de la muerte y que sea un aspecto abordable en las familias, los colegios y todos los sistemas de referencia para los niños. De esta forma podremos evitar situaciones dolorosas por desconocimiento”. En este sentido pues, la verdad es la mejor aliada para acompañar cualquier proceso de enfermedad y/o duelo.

En este punto, asumamos que cabe la posibilidad de que aun siendo adultos no sabemos gestionar emocionalmente una determinada situación porque nuestro grado de implicación es muy alto.  En estos casos es complicado ayudar a otros. Pero reconocerlo y ser conscientes de las propias limitaciones un gran signo de humildad. Si sentimos que no somos capaces lo mejor es buscar apoyo en el entorno o en profesionales.  

¿Te ha tocado comunicar una mala noticia? Hazte estas preguntas y decide.

  • ¿Eres la persona indicada? Este punto es básico. A veces hay que valorar si somos la persona indicada o alguien te puede ayudar.
  • ¿Cómo te encuentras tú emocionalmente? Es importante ser consciente de tu propio estado emocional. Antes de comunicar una mala noticia a un ser querido es  bueno pararse a reflexionar sobre los sentimientos que genera en nosotros.
  • ¿Cuándo es conveniente hablarlo con el niño? Elige bien el momento. Es importante que el niño que vaya a recibir la noticia esté tranquilo y los dos dispongáis de tiempo. Deja claro desde el principio que tienes algo importante que decir: no empieces hablando de otra cosa.
  • ¿Dónde es mejor contárselo? Busca un lugar tranquilo y neutro. Elige bien el contexto en el que vayas a dar la noticia. De este modo, la comunicación será más fluida y evitarás distracciones ambientales.
  • ¿Cómo decírselo? Mantén la proximidad física. Mantener la cercanía reconforta y hace que el otro sienta que está en compañía.  Empieza con lo más importante y utiliza un lenguaje neutro.  Intenta resumir la noticia como si fuera un titular de periódico. Una vez hayas dicho lo importante, puedes contar los detalles o responder si la persona quiere hacerte preguntas. 

Y recuerda, la sinceridad y la transparencia son fundamentales en cualquier circunstancia de la vida. Ten en cuenta que apoyarnos en otros y saber pedir ayuda es muy útil para afrontar situaciones adversas.

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