Abraham y Sara fueron migrantes, la sagrada familia prófugos en Egipto, no faltó el atroz comercio de personas, la trata; historias viejas como la Biblia y que se repiten hasta nuestros días, pero que también traen lecciones de esperanzaA partir de la sabiduría de los antepasados en la fe, el papa Francisco recuerda hoy que los “movimientos humanos, a pesar de generar desafíos y sufrimientos, están enriqueciendo nuestras comunidades”. Lo escribió en el prólogo del volumen, “Luces en los caminos de la esperanza”, lanzado recientemente por la editorial del Vaticano y promovido por la ‘Sección Migrantes y Refugiados’ del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede.
Se trata de una colección de las enseñanzas magistrales del papa Francisco sobre los migrantes, refugiados y la trata desde el inicio de su pontificado hasta finales de 2017.
En el prólogo de la obra asegura que “mudarse y establecerse en otro lugar con la esperanza de encontrar una vida mejor para sí mismos y sus familias: este es el profundo deseo que ha conmovido a millones de migrantes a lo largo de los siglos”.
“El viaje de los migrantes no siempre es una experiencia feliz”. Así, piensa en los “terribles viajes de las víctimas de la trata”.
No obstante, incluye en su visión la esperanza del rescate también para ellos. “Como sucedió con el pequeño José, el hijo de Jacob, vendido como esclavo por sus hermanos celosos”, y quien en Egipto deviene mano derecha del faraón (Gn 37).
El Papa desea que no se olvide “el dramático éxodo de los refugiados, una experiencia que el mismo Jesucristo probó, junto con sus padres, al comienzo de su vida terrenal, cuando huía a Egipto o para salvarse de la furia asesina de Herodes (Mt 2)”.
“Al igual que la historia humana, la historia de la salvación ha estado marcada por itinerarios de diferentes tipos: migraciones, exilios, escapes, éxodos-, y todos de igual modo, motivados por la esperanza de un futuro mejor en otro lugar”.
“E incluso cuando la itinerancia se ha llevado a cabo con intenciones delictivas, como en el caso de la trata, no debemos permitir que nos roben la esperanza de la liberación y del rescate”.
Recuerda que “en su misericordia, Dios otorga libremente su gracia en todas las circunstancias. Esto es confirmado por los ejemplos inspiradores de nuestros antepasados en la fe que han tenido que huir de la persecución o, siguiendo la voz del Señor, han viajado a tierras lejanas como misioneros”.
“Incluso hoy en día, los movimientos humanos, a pesar de generar desafíos y sufrimientos, están enriqueciendo nuestras comunidades, las Iglesias locales y las sociedades de cada continente. ‘Gracias a la ternura y la misericordia de nuestro Dios’, profetizó Zacarías, el Señor nos visitará para “dirigir nuestros pasos en el camino de la paz” (Lc 1,78-79)”, añadió.
El Sucesor de Pedro, escribió, “confío que esta colección de enseñanzas y reflexiones puedan iluminar nuestros pasos en los caminos de la esperanza, proporcionando inspiración para la oración, la predicación y la acción pastoral”.
Al texto “Luces en los caminos de la esperanza”, de casi 500 páginas, se acompaña una versión electrónica con programa de búsqueda, disponible en la página web de la ‘Sección Migrantes y Refugiados’ del Vaticano que será actualizada regularmente cada seis meses incorporando las nuevas enseñanzas pontificias.
Naufragio en el Mediterráneo, dolor del Papa por 170 muertes
Apenas ayer, en el ángelus del domingo, con un Ave María, Francisco recordó con dolor las 170 víctimas, “ahogadas en el Mediterráneo”, y que “buscaban un futuro”, “víctimas tal vez, de traficantes de seres humanos”.
En las últimas horas, se tuvo noticia de dos naufragios. Él último con un balance de 117 víctimas y otras tres fueron encontradas muertas, tras el naufragio de un barco con inmigrantes, entre ellos mujeres y niños, a 50 millas de las costas de Libia, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).