En el mensaje de la Jornada Mundial del Enfermo 2019, el Pontífice propuso a Madre Teresa de Calcuta como modelo a seguir para médicos, enfermeros, voluntarios y personal sanitario: Ella “hizo visible el amor de Dios por los pobres y los enfermos”. “Ustedes lo recibieron sin pagar, denlo sin cobrar.” (Mt 10,8), es lema elegido por el papa Francisco para el mensaje de la XXVII Jornada Mundial del Enfermo (11 de febrero 2019), que recuerda las palabras de Jesús cuando envió a los apóstoles a difundir el Evangelio.
El Obispo de Roma subrayó la dimensión de la gratuidad que debería animar, sobre todo, “las estructuras sanitarias católicas, porque es “la lógica del Evangelio la que cualifica su labor, tanto en las zonas más avanzadas como en las más desfavorecidas del mundo”.
“Las estructuras católicas están llamadas a expresar el sentido del don, de la gratuidad y de la solidaridad, en respuesta a la lógica del beneficio a toda costa, del dar para recibir, de la explotación que no mira a las personas”.
En este sentido, exhortó, en los diversos ámbitos socio-sanitarios, a promover “la cultura de la gratuidad y del don, indispensable para superar la cultura del beneficio y del descarte”.
“Las instituciones de salud católicas no deberían caer en la trampa de anteponer los intereses de empresa, sino más bien en proteger el cuidado de la persona en lugar del beneficio”.
Escucha, diálogo, gratuidad, servicio, bien común, destacó como elementos indispensables en su mensaje dirigido a los agentes socio sanitarios y a los enfermos.
La publicación del mensaje del Papa se hace con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo que, tradicionalmente el 11 de febrero, coincide con la celebración de la Beata Virgen de Lourdes y que este año se celebra de manera solemne en Calcuta, India.
Papa Francisco y su cercanía con los enfermos (Frases de su mensaje)
El modelo de Madre Teresa: dispensadora de misericordia
En esta circunstancia, Francisco rememoró a Madre Teresa de Calcuta, dijo, “un modelo de caridad que hizo visible el amor de Dios por los pobres y los enfermos”.
Además, la destacó como defensora de la “vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada”.
La santa de Calcuta, sostuvo, se “ha inclinado sobre las personas desfallecidas, que mueren abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que Dios les había dado”.
Francisco además recordó que Madre Teresa ha hecho “sentir su voz a los poderosos de la tierra, para que reconocieran sus culpas ante los crímenes […] de la pobreza creada por ellos mismos”.
Así, evocó, como testimonio elocuente “de la cercanía de Dios hacia los más pobres entre los pobres”, la memoria de la fundadora de la congregación de las Misioneras de la Caridad en Calcuta (1950) por su misión en las periferias de las ciudades y en las periferias existenciales.(Homilía, 4 septiembre 2016).
Santa Madre Teresa, sostuvo, “nos ayuda a comprender que el único criterio de acción debe ser el amor gratuito a todos, sin distinción de lengua, cultura, etnia o religión”.
Explicó que Agnes Gonxha Bojaxhiu ha dado ejemplo “para que abramos horizontes de alegría y de esperanza a la humanidad necesitada de comprensión y de ternura, sobre todo a quienes sufren”.
Así habla Papa Francisco de Santa Teresa de Calcuta
El buen samaritano en el voluntariado
El Obispo de Roma en su mensaje para la jornada de los enfermos pidió que “la gratuidad humana” sea “la levadura de la acción de los voluntarios, que son tan importantes en el sector socio-sanitario y que viven de manera elocuente la espiritualidad del Buen Samaritano”.
Asimismo, agradeció y animó a todas “las asociaciones de voluntariado que se ocupan del transporte y de la asistencia de los pacientes” a proseguir con su labor. También mencionó con gratitud a las personas que donan sangre, tejido y órganos.
El mensaje fue una ocasión para resaltar el compromiso de la Iglesia en la tutela de los “derechos de los enfermos, sobre todo de quienes padecen enfermedades que requieren cuidados especiales, sin olvidar el campo de la sensibilización social y la prevención”.
Francisco reconoció los servicios de voluntariado “en las estructuras sanitarias y a domicilio, que van desde la asistencia sanitaria hasta el apoyo espiritual”, expresó, “son muy importantes”.
El Papa indicó que los voluntarios son un signo de la presencia de la Iglesia en mundo secularizado. “De ellos se benefician muchas personas enfermas, solas, ancianas, con fragilidades psíquicas y de movilidad”.
No ceder a la “tentación de la manipulación del “árbol de la vida”
Francisco indicó que “el cuidado de los enfermos requiere profesionalidad y ternura, expresiones de gratuidad, inmediatas y sencillas como la caricia, a través de las cuales se consigue que la otra persona se sienta “querida”, añadió.
En el mensaje, anual, insistió, que la “vida es un don de Dios. Por ello, “la existencia no se puede considerar una mera posesión o una propiedad privada, sobre todo ante las conquistas de la medicina y de la biotecnología”.
El Papa asegura que el hombre no debe ceder a la “tentación de la manipulación del “árbol de la vida” (cf. Gn 3,24). En el cuidado de los enfermos, invita a impulsar vínculos y “diversas formas de cooperación humana entre pueblos y culturas”.
En este contexto, “frente a la cultura del descarte y de la indiferencia”, reafirmó, que el don (de la vida) se sitúa como el paradigma capaz de desafiar el individualismo y la contemporánea fragmentación social”.
Relaciones, escucha y alegría hacia los enfermos
“El voluntariado comunica valores, comportamientos y estilos de vida que tienen en su centro el fermento de la donación. Así es como se realiza también la humanización de los cuidados”.
“Sabemos que la salud es relacional, depende de la interacción con los demás y necesita confianza, amistad y solidaridad, es un bien que se puede disfrutar “plenamente” solo si se comparte”.
Entretanto, remarcó que “la alegría del don gratuito es el indicador de la salud del cristiano”. Lo escribió en el mensaje que fue firmado el 25 de noviembre 2018 en la Solemnidad de N. S. Jesucristo Rey del Universo.
Al final, el Pontífice encomendó a los enfermos, médicos, enfermeros, voluntarios, agentes sanitarios en general, a “María, Salus infirmorum”.
“Que ella nos ayude a compartir los dones recibidos con espíritu de diálogo y de acogida recíproca, a vivir como hermanos y hermanas atentos a las necesidades de los demás, a saber dar con un corazón generoso, a aprender la alegría del servicio desinteresado”.