Antes del Ángelus, el Obispo de Roma sostuvo que “hoy, solemnidad de la Epifanía del Señor, es la fiesta de la manifestación de Jesús simbolizado por la luz”. El papa Francisco pidió a los líderes europeos que demuestren “solidaridad concreta” hacia las “49 personas salvadas en el Mar Mediterráneo” que se encuentran abordo de dos naves de la ONG Sea Watch y Sea Eye y están detenidas en alto mar donde esperan desde hace “varios días” de saber dónde poder desembarcar después de las operaciones de auxilio ocurridas entre el 22 y el 29 de diciembre.
“Queridos hermanos y hermanas, desde hace varios días, 49 personas salvadas en el Mar Mediterráneo están a bordo de dos naves ONG, en busca de un puerto seguro donde desembarcar. Dirijo un llamado urgente a los líderes europeos, para que demuestren concreta solidaridad hacia estas personas”, dijo el Papa después del tradicional rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico que da a la Plaza de San Pedro, este domingo 6 enero de 2019.
A pesar de los llamados al Gobierno italiano desde hace 15 días, la situación se mantiene igual para los salvados por la Sea Watch 3, 32 personas, entre ellas 3 menores de edad no acompañados y 3 niños pequeños. Por su parte, en la nave Sea Eye, se encuentran abordo 17 personas salvadas hace una semana, ambas naves recibieron auxilio en aguas territoriales de Malta y esperan recibir indicaciones de un puerto seguro donde llegar.
El pontífice pronunció estas palabras después de haber presidido la misa, en la Basílica del Vaticano, en ocasión de la solemnidad de la Epifanía del Señor, donde instó a los fieles a hacerse “cargo de los cuerpos probados por el sufrimiento”, de quien “solo puede recibir sin dar nada material a cambio”.
Por otro lado, antes del Ángelus y delante a 60.000 fieles y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro, el Obispo de Roma sostuvo que “hoy, solemnidad de la Epifanía del Señor, es la fiesta de la manifestación de Jesús simbolizado por la luz”.
Así instó a dejarse “iluminar por la luz de Cristo que viene de Belén”. “No permitamos que nuestros miedos cierren nuestros corazones, mas bien tengamos el coraje de abrirnos a esta luz suave y discreta”.
Entonces, “como los Magos”, experimentaremos “una alegría muy grande” que no podremos conservar para nosotros mismos”. “No es posible tomar posesión de ese Niño: Él es un regalo para todos”, destacó.
“Nosotros también estamos invitados a no detenernos en los signos externos del evento”. Y evidenció que el evangelista Mateo muestra diferentes maneras en que uno puede encontrarse con Cristo y reaccionar ante su presencia.
“Herodes y los escribas de Jerusalén tienen un corazón duro, que persiste y rechaza la visita de ese Niño. Es una posibilidad: Cerrarse a la luz. Representan a quienes, incluso en nuestros días, temen a la venida de Jesús y cierran sus corazones a los hermanos y hermanas que necesitan ayuda”.
En contraste, los magos “estaban abiertos a la “novedad”, y ante ellos se revela la novedad más grande y sorprendente de la historia: “Dios hecho hombre.
Los magos se postran ante Jesús y le ofrecen regalos simbólicos: oro, incienso y mirra. Porque la búsqueda del Señor implica no solo la perseverancia en el camino, sino también la generosidad del corazón”.
Antes de rezar el Angelus, exhortó a que “la Virgen María nos sostenga en este viaje, una estrella que nos lleva a Jesús”. Al final, deseó una “buena fiesta a todos” los presentes. “Por favor, no olvides orar por mí. ¡Buen almuerzo y adiós!”