2018 fue el cuarto año consecutivo con menos de 30 ejecuciones.
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Estados Unidos ha entrado en un venturoso, aunque todavía muy incompleto, declive en el número de condenados a muerte.
Con 25 ejecuciones y 42 sentencias de muerte previstas para este año, el uso de la pena de muerte se mantuvo cerca de mínimos históricos en 2018, según un informe publicado por el Centro de Información sobre la Pena de Muerte (Death Penalty Information Center, DPIC).
El 2018 marcó el cuarto año consecutivo con menos de treinta ejecuciones y cincuenta sentencias de muerte, lo que refleja una disminución a largo plazo de la pena capital en todo Estados Unidos.
Texas y Florida siguen a la cabeza
En 2018, 14 estados y el gobierno federal impusieron sentencias de muerte, con 57 por ciento de las 42 sentencias provenientes de solo cuatro estados: Texas y Florida (ambos con siete) y California y Ohio (ambos con cinco).
Ningún condado impuso más de dos sentencias de muerte por primera vez en la era moderna de la pena de muerte (después de que la Corte Suprema de los Estados Unidos anuló todos los estatutos de la pena de muerte en 1972).
La pena de muerte permaneció geográficamente aislada, ya que solo ocho estados llevaron a cabo las 25 ejecuciones: Alabama, Arkansas, Florida, Georgia, Nebraska, Dakota del Sur, Tennessee y Texas.
Hay que señalar que Texas representó más de la mitad de todas las ejecuciones (13); hubo menos ejecuciones en el resto del país que en cualquier año desde 1991. 2018 fue el cuarto año consecutivo con menos de 30 ejecuciones. Antes de 2015, 1991 fue el último año con menos de 30 ejecuciones.
Alejamiento a largo plazo
Los casos en los que se impuso o aplicó la pena de muerte continuaron suscitando dudas sobre la imparcialidad de su aplicación.
Más de 70 por ciento de las personas ejecutadas mostraron evidencia de enfermedad mental grave, daño cerebral, discapacidad intelectual o abusos y traumas crónicos. Cuatro fueron ejecutadas a pesar de las afirmaciones sustanciales de inocencia.
“Estados Unidos continuó su alejamiento a largo plazo de la pena de muerte en 2018″, dijo Robert Dunham, Director Ejecutivo de DPIC. “Incluso frente a la retórica política inflamatoria que insta a su uso expandido, los votantes demostraron que la pena de muerte ya no es un problema político”, agregó.
Según Dunham, la reelección de los gobernadores que impusieron la moratoria de la pena de muerte, el reemplazo de los fiscales de línea dura a favor de la pena de muerte por los reformadores, y la decisión de la corte de Washington que anula su pena de muerte “sugieren que veremos una erosión aún mayor de la pena de muerte en los próximos años”.
Arbitraria y racista
Un hito importante este año fue el 11 de octubre, cuando el Estado de Washington se convirtió en el vigésimo Estado en abolir la pena de muerte cuando su Corte Suprema dictaminó unánimemente que la pena capital viola la constitución estatal porque “se impone de manera arbitraria y racial”.
Gobernadores en Oregón y Pensilvania que habían impuesto la moratoria extendida sobre la pena de muerte fue reelegidos y Colorado, el tercer Estado con una moratoria, eligió a un gobernador que hizo campaña para derogar la pena de muerte.
La encuesta de Gallup de 2018 encontró que menos de la mitad de los estadounidenses (49 por ciento) ahora creen que la pena de muerte se “aplica de manera justa”.
Este ha sido el nivel más bajo desde que Gallup comenzó a formular la pregunta en el año 2000.
El declive
En noviembre de 2018 DPIC publicó el informe “Detrás del telón: el secreto y la pena de muerte en los Estados Unidos”, en el que muestra que, desde 2011, trece estados han promulgado nuevos estatutos de secreto que ocultan información importante sobre el proceso de ejecución.
De los 17 estados que han llevado a cabo 246 ejecuciones recientes por medio de una inyección letal, todos retuvieron al menos alguna información sobre el proceso de ejecución.
El consejo editorial de The Washington Post acaba de publicar, el 31 de diciembre, una reflexión que resume y predice lo que espera este rotativo y, quizá, la mayor parte de los estadounidenses. El título era el siguiente: “Las penas de muerte están en declive. Es hora de acabar con ellos por completo”.
Con información de Death Penalty Information Center