Ninguna canción de diciembre despierta más emoción y produce tantas lágrimas como este vals compuesto e interpretado por dos venezolanos: Oswaldo Oropeza y Néstor Zavarce
Esta legendaria tonada tiene la particularidad de detener el tiempo, interrumpir la fiesta y parar los corazones poco minutos antes de terminar un año. Por esa razón, Néstor Zavarce, su primer y exitoso intérprete, decía que “es el himno de la Navidad por excelencia para todos los latinoamericanos”.
En una entrevista con la cadena radial colombiana RCN en 2009, este afamado cantante y actor afirmó que Cinco pa’ las doce, sin ser un villancico propiamente dicho, reúne todos los elementos que identifican a la Navidad. Su explicación era elemental: la canción refleja la fe en “las campanas de la iglesia están sonando”; la solidaridad está en “los abrazos [que] se confunden sin cesar”, y el amor se expresa en “una linda viejecita que me espera en las noches de una eterna Navidad”.
Zavarce —fallecido en Caracas el 27 de agosto de 2010— reiteró durante su diálogo radial desde Caracas que la obra compuesta por Oswaldo Oropeza hacia 1965 se podía considerar como un auténtico himno decembrino porque su sencillo mensaje permite que las familias se congreguen al terminar la Navidad para despedir un año y recibir otro. Sin falsas modestias, Zavarce enfatizaba: “No hay otra canción en Latinoamérica y tal vez en el mundo que resuma en pocas palabras y en forma tan contundente el espíritu navideño y de fin de año como Cinco pa’ las doce”.
https://youtu.be/gZOpS_MOpJo
El montaje de Cinco pa’ las doce estuvo a cargo del mismo autor, su conjunto típico y su hermano Prisco Oropeza, uno de los mejores arpistas venezolanos. El conjunto de Oswaldo lo complementaban un bajista, un cuatrista y un coro llamado Los pájaros, integrado por Carmen y Mery Vargas, dos hermanas oriundas de Colombia, y las venezolanas Otilia Rodríguez y Gloria Campos. Como hecho curioso —recordaba Zavarce— la introducción se hizo tocando algunas botellas de vidrio repletas de agua, las cuales dieron vida al emotivo repique de campanas que ha identificado a la obra durante más de medio siglo.
La composición de Oswaldo Oropeza nació a comienzos de los años 60 pero, según Néstor, se grabó por primera vez en 1965. En un principio fue incluida como una obra más en El gallo pelón, un elepé de diez canciones, pero para sorpresa del autor, el cantante y la disquera el tema arrasó en popularidad en toda Venezuela y muy pronto superó las millonarias ventas del Pájaro chogüí, una hermosa canción paraguaya cantada por el mismo Zavarce con el conjunto de Oropeza.
A partir de entonces, la canción dejó de ser venezolana para convertirse en “patrimonio sentimental de todo el mundo”, porque sin que fueran necesarios convenios o acuerdos culturales, se empezó a escuchar en Colombia, Panamá, México, Costa Rica, Ecuador, Perú, Paraguay, Argentina, Uruguay, Bolivia, Chile y otros países en los que lo menos importante eran su país origen y el nombre del autor y sus intérpretes.
Cuando la canción ganó notoriedad mundial, Oswaldo Oropeza ya era un destacado hombre del folclor. Había grabado numerosos discos, recorría su país en giras exitosas y se le conocía por otras composiciones, entre ellas, El perico (“Yo no me explico / cómo el perico / teniendo un hueco / debajo del pico / pueda comer”) y La noche de tu partida. Más adelante, continuando con su cancionero navideño, compuso un tristísimo villancico llamado Mamá, ¿dónde están los juguetes? Su deceso, a los 59 años, se produjo en Caracas, paradójicamente en vísperas de la Navidad de 1998.
Zavarce fue famoso antes y después de Cinco pa’ las doce. En 1965, cuando la grabó, ya era un reconocido actor, locutor y cantante de música romántica y canciones folclóricas venezolanas. Más adelante fue coprotagonista de la popular serie Esmeralda, protagonizada por José Bardina y Lupita Ferrer, y recordada como la pionera de las telenovelas latinoamericanas. En los años 70 incursionó en la política y fue elegido Diputado de la Asamblea Nacional a nombre del Partido Acción Democrática. Al morir tenía 74 años.
Otras versiones
En la región Caribe de Colombia el tema venezolano original no es tan escuchado. En cambio, sí es tremendamente popular en la radio y en fiestas familiares, una versión en ritmo de guaracha interpretada en acordeón por Aníbal Sensación Velásquez y su conjunto. El mismo artista admitió recientemente en una entrevista con la W Radio que pese a haberla interpretado en muchas ocasiones, “cada vez que la toco me hace llorar”.
Otro intérprete famoso, el panameño Gabino Pampini, también la grabó hace muchos años, pero a diferencia de Zavarce y Velázquez, este artista salsero se dio la libertad de introducirle novedosos arreglos a la música y a la letra. Lo mismo hizo el argentino Daniel Patiño que acondicionó los versos iniciales incluyendo menciones más explicitas a la Navidad.
En su propio estilo, intérpretes como los colombianos Aniceto Molina, el Charrito Negro y Don Medardo y sus Players, hicieron novedosas adaptaciones en las que el mensaje central del autor sigue siendo el mismo: el espíritu de amor y afecto que produce la Navidad.