El mensaje para 52 Jornada Mundial de la Paz: La buena política está al servicio de la paz El papa Francisco denunció hoy los “vicios” de la política, pero igualmente indicó que la paz es algo que nace dentro del corazón y del alma y que necesita de todos para que haya una “buena política”.
En su mensaje para 52 Jornada Mundial de la Paz, titulado: “La buena política está al servicio de la paz” que se celebrará el 1 de enero de 2019, el Papa presentó tres dimensiones para “una conversión del corazón y del alma” y que son “inseparables de esta paz interior y comunitaria”.
Antes de cambiar el mundo y la política, la paz inicia con “nosotros mismos”, “la paz con el otro: el familiar, el amigo, el extranjero, el pobre”. Y sucesivamente, “la paz con la creación”.
De esta manera, se puede trabajar por una política de la paz “que conoce bien y se hace cargo de las fragilidades humanas”, escribió en el mensaje firmado el 8 de diciembre de 2018.
Deploró a la política que intentar ganar las elecciones explotando el “terror sobre las personas más vulnerables”. “No son aceptables los discursos políticos que tienden a culpabilizar a los migrantes de todos los males y a privar a los pobres de la esperanza”, entre otros vicios.
Vicios “que socavan el ideal de una democracia auténtica”: “la corrupción”, “la negación del derecho”, “el incumplimiento de las normas comunitarias, el enriquecimiento ilegal, la justificación del poder mediante la fuerza o con el pretexto arbitrario de la “razón de Estado”.
Francisco denunció la “tendencia a perpetuarse en el poder, la xenofobia y el racismo, el rechazo al cuidado de la Tierra, la explotación ilimitada de los recursos naturales por un beneficio inmediato, el desprecio de los que se han visto obligados a ir al exilio”.
Asimismo, indicó que un “gran proyecto de paz” en la política se funda “en la responsabilidad recíproca y la interdependencia de los seres humanos, pero es también un desafío que exige ser acogido día tras día”.
Destacó el mensaje de papa Benedicto XVI que “recordaba que «todo cristiano está llamado a esta caridad, según su vocación y sus posibilidades de incidir en la pólis. […]”.
Un programa de virtudes para todos los políticos, de cualquier “procedencia cultural o religiosa”: “la justicia, la equidad, el respeto mutuo, la sinceridad, la honestidad, la fidelidad”.
A continuación los puntos claves del mensaje:
“Paz a esta casa”
La “Paz a esta casa” (Lc 10,5-6) es un ofrecimiento dirigido a “ todos los hombres y mujeres que esperan la paz en medio de las tragedias y la violencia de la historia humana”.
“La “casa” mencionada por Jesús es cada familia, cada comunidad, cada país, cada continente, con sus características propias y con su historia; es sobre todo cada persona, sin distinción ni discriminación”.
También “es nuestra “casa común”: el planeta en el que Dios nos ha colocado para vivir y al que estamos llamados a cuidar con interés”.
Corazón y alma
En primer lugar, “la paz con nosotros mismos, rechazando la intransigencia, la ira, la impaciencia y ―como aconsejaba san Francisco de Sales― teniendo “un poco de dulzura consigo mismo”, para ofrecer “un poco de dulzura a los demás”.
Segundo, “la paz con el otro: el familiar, el amigo, el extranjero, el pobre, el que sufre…; atreviéndose al encuentro y escuchando el mensaje que lleva consigo”.
Y sucesivamente, “la paz con la creación, redescubriendo la grandeza del don de Dios y la parte de responsabilidad que corresponde a cada uno de nosotros, como habitantes del mundo, ciudadanos y artífices del futuro”.
Buena política
Destaca que “la paz es como la esperanza” y cita al “poeta Charles Péguy; [2] es como una flor frágil que trata de florecer entre las piedras de la violencia”.
Indica que la “búsqueda de poder a cualquier precio lleva al abuso y a la injusticia”.
La política cuando no se vive como un servicio “puede convertirse en un instrumento de opresión, marginación e incluso de destrucción”.
Servicio, es la palabra clave para Francisco, y cita a Jesús: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos» (Mc 9,35).
Para luego subrayar el mensaje de Pablo VI: La política seria ayuda a cada persona a “conocer cuál es el contenido y el valor de la opción que se le presenta” y busca “realizar colectivamente el bien de la ciudad, de la nación, de la humanidad”.
Los políticos “reciben el mandato de servir a su país, de proteger a cuantos viven en él y de trabajar a fin de crear las condiciones para un futuro digno y justo”.
La política “puede convertirse verdaderamente en una forma eminente de la caridad”.
Bienaventuranzas
A este respecto, Francisco escribe que merece la pena recordar las “bienaventuranzas del político”, propuestas por el cardenal vietnamita François-Xavier Nguyễn Vãn Thuận, fallecido en el año 2002, y que fue un fiel testigo del Evangelio:
Bienaventurado el político que tiene una alta consideración y una profunda conciencia de su papel
Bienaventurado el político cuya persona refleja credibilidad.
Bienaventurado el político que trabaja por el bien común y no por su propio interés.
Bienaventurado el político que permanece fielmente coherente.
Bienaventurado el político que realiza la unidad.
Bienaventurado el político que está comprometido en llevar a cabo un cambio radical.
Bienaventurado el político que sabe escuchar.
Bienaventurado el político que no tiene miedo.
El Papa invita a seguir estas bienaventuranzas para crear “un vínculo de confianza y gratitud” entre las generaciones presentes y futuras.
Vicios
En el mensaje, deplora los vicios de la política debidos “tanto a la ineptitud personal como a distorsiones en el ambiente y en las instituciones”. Vicios que restan credibilidad “a la autoridad, a las decisiones y a las acciones de las personas que se dedican” a la política.
La buena política promueve la participación de los jóvenes y la confianza en el otro, destacó el Papa.
“Cuando el ejercicio del poder político apunta únicamente a proteger los intereses de ciertos individuos privilegiados, el futuro está en peligro y los jóvenes pueden sentirse tentados por la desconfianza”.
Ante la mala la política, los jóvenes “se ven condenados a quedar al margen de la sociedad, sin la posibilidad de participar en un proyecto para el futuro”.
En cambio, “cuando la política se traduce, concretamente, en un estímulo de los jóvenes talentos y de las vocaciones que quieren realizarse, la paz se propaga en las conciencias y sobre los rostros. Se llega a una confianza dinámica, que significa “yo confío en ti y creo contigo” en la posibilidad de trabajar juntos por el bien común”.
Participación, pues sostuvo que cada “uno puede aportar su propia piedra para la construcción de la casa común”.
“La auténtica vida política, fundada en el derecho y en un diálogo leal entre los protagonistas, se renueva con la convicción de que cada mujer, cada hombre y cada generación encierran en sí mismos una promesa que puede liberar nuevas energías relacionales, intelectuales, culturales y espirituales”.
Confianza
El Papa expresa que no es fácil generar confianza en la política “porque las relaciones humanas son complejas”.
En particular, afirma: “Vivimos en estos tiempos en un clima de desconfianza que echa sus raíces en el miedo al otro o al extraño, en la ansiedad de perder beneficios personales y, lamentablemente, se manifiesta también a nivel político, a través de actitudes de clausura o nacionalismos que ponen en cuestión la fraternidad que tanto necesita nuestro mundo globalizado”.
“Hoy más que nunca, nuestras sociedades necesitan “artesanos de la paz” que puedan ser auténticos mensajeros y testigos de Dios Padre que quiere el bien y la felicidad de la familia humana”.
Miedo
En su mensaje, hace hincapié en no usar “la estrategia del miedo”. “La paz jamás puede reducirse al simple equilibrio de la fuerza y el miedo”, escribe al referirse a la lección aprendida tras el aniversario de los “cien años” del fin de “la Primera Guerra Mundial”.
Inmoral es “la proliferación incontrolada de las armas”. “Mantener al otro bajo amenaza significa reducirlo al estado de objeto y negarle la dignidad. Es la razón por la que reafirmamos que el incremento de la intimidación”.
Terror
“El terror ejercido sobre las personas más vulnerables contribuye al exilio de poblaciones enteras en busca de una tierra de paz. No son aceptables los discursos políticos que tienden a culpabilizar a los migrantes de todos los males y a privar a los pobres de la esperanza”.
En cambio, subraya “que la paz se basa en el respeto de cada persona, independientemente de su historia, en el respeto del derecho y del bien común, de la creación que nos ha sido confiada y de la riqueza moral transmitida por las generaciones pasadas”.
Asimismo, dirige su pensamiento de modo particular “a los niños que viven en las zonas de conflicto, y a todos los que se esfuerzan para que sus vidas y sus derechos sean protegidos”. “En el mundo, uno de cada seis niños sufre a causa de la violencia de la guerra y de sus consecuencias, e incluso es reclutado para convertirse en soldado o rehén de grupos armados”.