¿Se habrá inspirado Peter Jackson en el Cristo Rey que vela en el valle de Chamonix, para crear sus grandes estatuas de los argonath, los reyes de Gondor, Isildur y Anárion, en La comunidad del Anillo? Con los brazos levantados y la espada en el pecho, la idea no es descabellada.
Porque el pequeño pueblo de Houches, cerca de Chamonix, en los Alpes franceses, posee una extraordinaria estatua de Cristo Rey, de 25 metros de alta, y que es la segunda estatua más alta de Francia, después de la de la Virgen del Mas Rillier, en Miribel (Ain). Fue construida en 1933 por iniciativa del párroco de Houches, Claude-Marie Delessiat, pues este último quería rendir homenaje al papa Pío XI, en cuya encíclica Quas primas había proclamado la realeza universal de Cristo, justo cuando en Europa se expandía una ola de dictaduras que llevarían al mundo a la segunda guerra mundial.
Una vista incomparable sobre el valle
Realizada por el escultor George Serraz, la estatua está construida en cemento armado, material de vanguardia en la época, y adopta los estilos típicos del Art Decó, en el que dominan la simetría y las formas geométricas. En su base, una pequeña capilla alberga dos altares y dos estatuas que representan a Pío XI y a María, reina del mundo. Para los más aventureros, una escalera de 84 peldaños permite el acceso a un balcón situado justo delante de la aureola de Cristo. Un lugar privilegiado para admirar la belleza del valle de Chamonix.
Instalada a 1265 metros de altura, se la distingue a duras penas en medio de la inmensidad de la montaña. Pero los esquiadores que la distingan desde lejos podrán dirigir una mirada y una oración a Cristo antes de lanzarse por la pista.
Hoy celebramos a...