El Pontífice agradeció a los artistas que han realizado el pesebre instalado en la Plaza de San Pedro El árbol de Navidad con sus luces nos recuerda que Jesús es la luz del mundo, expresó el papa Francisco al recibir hoy en audiencia a la delegación que ha regalado el árbol y el pesebre ya instalados en la Plaza de San Pedro y “que serán admirados por muchos peregrinos de todo el mundo” a partir del viernes 7 de diciembre 2018.
“El árbol de Navidad y el pesebre son dos signos que no terminan nunca de fascinarnos; nos hablan de Navidad y nos ayudan a contemplar el misterio de Dios haciéndose hombre para estar cerca a cada uno de nosotros”, dijo Francisco en la Sala Clementina del Vaticano y agradeció a las delegaciones provenientes de las regiones italianas del Friuli-Venezia y del Veneto.
Francisco reconoció el trabajo de “los cuatro escultores” de diferentes países, que tallaron el pesebre y de “los técnicos” y del “personal de la gobernación”.
“El árbol de Navidad con sus luces nos recuerda que Jesús es la luz del mundo, es la luz del alma que aleja la oscuridad de las enemistades y deja espacio para el perdón”, constató.
El Papa explicó que el árbol que engalana el Vaticano este año, procedente del bosque de Cansiglio, norte de Italia y representa “a Dios que con el nacimiento de su Hijo Jesús se ha entregado al hombre para elevarlo a sí mismo y levantarlo de las nieblas del egoísmo y el pecado”.
El nacimiento, ubicado en el centro de la plaza de San Pedro, está hecho con arena de jesolana, originaria de las Dolomitas, zona italiana de montaña.
La arena, – sostuvo – “material pobre recuerda la simplicidad, la pequeñez con que Dios se mostró con el nacimiento de Jesús en la precariedad de Belén”.
Francisco indicó que puede parecer que ésta pequeñez “vaya en contradicción con la divinidad”, pero no es así.
Por eso, invitó a ver el nacimiento como un llamado a “ser libres ante Dios” y a tener “la libertad de un niño ante su padre”.
“Al contemplar al Niño Dios que emana luz en la humildad de la natividad, también podemos ser testigos de humildad, ternura y bondad”, agregó.
Al final, el Obispo de Roma renovó su gratitud y les ofreció sus “mejores deseos para una Feliz Navidad”.